Respuesta: Una catástrofe llamada Petro
Innegable el desastre que trajo la falta de "astutez" de Petro como alcalde, y no hablo de Bogota, basuras ni trancones, hablo de Colombia, su futuro y democracia.
Hasta el mas desinformado sabía que, a causa de su afiliación política, las lupas que habían brillado por su ausencia en otras gestiones estarían todas puestas en él con todos los focos prendidos y amplificados. Mas aún teniendo en cuenta que había sido brillante y certera su labor señalando las falencias de presidentes y ministros corruptos.
Soberbia y estupidez son las únicas explicaciones para explicar su falta de previsión ante estos ataques, ataques que de ninguna manera lo eximen, ni le dan validez a sus quejas. Si exigió durante años limpieza y eficiencia en la administración pública, no menos se le podía exigir justamente a él.
Pero no solo le fallo a los bogotanos, incluso diría que son los que menos reproches le pueden hacer: su gestión, siendo mala, no es ni por asomo peor que la del 90% de sus antecesores. Si Bogota soportó por años los mas absurdos trancones, las estupideces de Garzon y la corrupción de Samuelito, no se va a caer por 3 días de basura en las calles. El fallo de Petro fue con los colombianos, su deber era el de mostrar a toda Colombia que no solo la derecha (y últimamente la extrema derecha) tenían permiso de gobernar el país. Una izquierda vilipendiada y sindicada de corrupta e ineficiente (con justicia, hay que reconocerlo) difícilmente puede servir de contrabalanza a una derecha, que en ausencia de ese contrapeso, deja ver sus peores exponentes.
Para los que sabemos los beneficios que aporta la libre competencia no es ningun misterio que el monopolio favorece la corrupción y la desidia. Una derecha con competidores nos propondría Peñalosas, Restrepos, Ginas y Mockus. Una derecha, sabedora de su triunfo por anticipado, se deja venir con Corzos, Uribes y Guerras, lo mas inmundo de su cosecha. Sabe que con solo eso le basta. Acierta Maria Isabel al lamentar la hora en que escogieron a Petro, yerra en los motivos de ese lamento.
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