Denunciante Épico
| Respuesta: ..::Selección Colombia - Topic Oficial::.. Palabras juiciosas las de Iván Mejía que no son sino un llamado más de atención a esta brillante generación de futbolistas que triunfan en el exterior, cuya madurez es garantía del éxito, pero que, al fin y al cabo, son seres humanos, permeables a los elogios, a perder la perspectiva, si de cuando en cuando no se les aterriza.
Por fortuna, juegan en la élite, han aprendido que los triunfos fáciles no existen, que sólo la constancia y la disciplina, junto al talento y una dosis de suerte, son el camino hacia el éxito, que nadie nos regala nada, y que no hay enemigo pequeño. Si lo sabrá la generación del Pibe, cuya soberbia los llevó a salir por la puerta de atrás.
Tenemos una buena selección y un entrenador acostumbrado a ganar y también a perder, un formador de jugadores, un verdadero profesor del fútbol y de la vida, un hombre que ha sufrido los cambios de fortuna y que aprendió que la única garantía del éxito es la disciplina, la constancia, el deseo de seguir avanzando, de que no hay nada ganado y como el “Cholo” Simeone, hay que jugar partido a partido, sin esperar nada más que el triunfo de ese día. Después… ya se verá. Cita: Uvas de Navidad Alberto Zaccheroni, técnico de la selección japonesa de fútbol, arrancó con la guerra de las declaraciones y le atribuyó a Colombia la posibilidad de ser campeona del mundo, transfiriéndole de paso la obligación de ganar el grupo en el que están las dos oncenos.
Por: Iván Mejía Álvarez Declaración elegante pero cargada de veneno. Hace parte de la estrategia de un técnico sagaz y veterano que quiere quitarle presión a su escuadra y endosársela al rival. Es un recurso utilizado por algunos entrenadores y lo malo no son sus palabras, lo realmente grave seria que Colombia se las creyera.
Si algo debe caracterizar a la selección en los próximos meses, debe ser la humildad total, la tranquilidad espiritual, el saber estar y el saber hacer. La selección ha construido gracias al talante silencioso y mesurado de su técnico un magnífico entorno de trabajo, respetando a los adversarios, sin menoscabar su capacidad. El equipo es bueno, lo sabe Zac, lo saben todos, lo sabe Pékerman y lo saben los jugadores. Pero eso no implica que se pueda dejar cargar la presión de creerse imbatible, de sentirse campeón, de pensar que van a ir a Brasil a “pasear” a todo el mundo. Ya se vio con los últimos partidos de la eliminatoria que a veces la máquina no funciona, que todavía falta ajustar muchas tuercas y que nadie en el fútbol de hoy puede ganar “sin bajarse del bus”, como dijo alguna vez Helenio Herrera cuando dirigía al Barcelona.
La selección no puede olvidar el triunfalismo del 94 y las desagradables consecuencias que llevaron al histórico fracaso, tal vez la afrenta más grave de la historia futbolística de este país. No se le ha ganado a nadie. No son campeones de nada. Están para jugar y para pasar a la siguiente ronda si llegan en buen estado y el fútbol fluye en su momento, si los jugadores llegan en un buen momento físico-técnico.
Entre los deseos de año nuevo hay que comerse una uvita porque el plantel llegue completico y humilde a Brasil. Ellos son buenos y saben jugar, el técnico conoce su oficio y lo ha demostrado, pero también se requiere esa cuota de suerte para que los astros se junten en el momento justo.
Y otra uvita para que el “salado” de Pelé no nos vaya a candidatizar… ¡calla esa boca! |
Fuente: El Espectador |