Aunque ya estamos en el anton pirulilulilu, y ya el Niño Dios recibió la carta de Petro prometiéndole ser buen alcalde, el tiempo sigue corriendo en su contra. Todo lo que debía hacerse lo hizo, y ahora sólo resta esperar.

No la tiene fácil en la Comisión Interamericana que no es amiga de medidas cautelares y prefiere ir siempre sobre seguro para evitar roces innecesarios con los gobiernos, salvo el procedimiento habitual de un proceso pero ante la Corte Interamericana.

Pero alguna vez tiene que ser la vencida y quizás esta vez la Comisión, ante una condena tan desproporcionada y que afecta a la capital de un país miembro, pueda otorgar lo pedido. Es difícil, pero como lo debió pensar Petro, la peor diligencia es la que no se hace.

Y quién sabe, hasta de pronto le suena la flauta.

Cita:

Los caminos de Petro ante la CIDH Por: SERGIO GÓMEZ MASERI CORRESPONSAL DE EL TIEMPO WASHINGTON | 4:57 p.m. | 19 de Diciembre del 2013 Petro viajó a Estados Unidos para interponer recursos para evitar su destitución.Foto: EFE Los escenarios plantean más información del caso y agotamiento de recursos en Colombia. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, puso en marcha este jueves ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dos procedimientos que podrían definir su futuro político, independientemente de lo que ocurra en Colombia. El primero fue la solicitud de medidas cautelares, que se otorgan cuando hay un riesgo inminente de daño irreparable, especialmente en lo que se refiere a la vida e integridad física de una persona. Petro había solicitado ese recurso el 28 de octubre, pero durante su reunión con el secretario ejecutivo de la CIDH, Emilio Álvarez, presentó nueva información e insistió en que está a punto de cometerse un daño irreparable contra él y los votantes de Bogotá que lo eligieron. Álvarez advirtió que la solicitud ya se encuentra bajo revisión de la Comisión y que muy pronto, quizá esta misma semana, podría llegar una decisión, que será tomada por los seis comisionados (son siete pero en este caso no participa uno, por ser colombiano) y se hará vía electrónica dado que la CIDH no está en sesiones y sus miembros se encuentran en sus respectivos países. Los escenarios posibles 1. La CIDH podría negar la petición del Alcalde. Si lo hace, ese sería el fin de este recurso. El Alcalde podría presentar una nueva solicitud si posee nueva evidencia o cambian las circunstancias. La negación no sería de conocimiento público y solo se le trasmitiría al peticionario, quien decide si la revela. 2. La Comisión podría solicitar más información si considera que le faltan elementos para decidir. Las medidas cautelares suelen tramitarse en poco tiempo, ya que ese es su espíritu, pero su estudio puede extenderse si se trata de un caso complejo. 3. La CIDH puede otorgar las medidas cautelares y pedir al Estado que suspenda la destitución. Si lo hace, y dependiendo de los argumentos, estaría generando un precedente de gran impacto en el hemisferio. Hasta la fecha hay pocos antecedentes de medidas cautelares otorgadas para proteger derechos políticos, como los que invoca Petro. El único referente cercano es el caso del excanciller mexicano Jorge Castañeda en el 2005, que acudió a la CIDH pues las autoridades electorales de su país se negaban a inscribirlo como candidato a las elecciones presidenciales, ya que lo hacía a título independiente y no como parte de un partido. La CIDH otorgó las medidas, pero en vista de que el Estado no las implementó, decidió acudir a la Corte Interamericana (Corte IDH), para que resolviera el asunto. La Corte, cuyas sentencias son aceptadas como de obligatorio cumplimiento en toda la región, las negó argumentando que las medidas provisionales (así se llaman en la Corte IDH) no se aplican a los derechos políticos y que le era imposible resolver el tema sin entrar a ver del fondo del caso, algo que solo podría hacer a través del procedimiento regular de casos del Sistema Interamericano, que requiere muchas otras etapas y suele tardarse entre cuatro y siete años. El proceso regular Petro acudió al procedimiento regular (sistema de casos), que para el trámite exige que el peticionario haya agotado todos los recursos internos en su país. La CIDH tendrá que estudiar si se agotaron. Esto se llama etapa de ‘estudio inicial’ y culmina con la decisión de tramitar o no una petición. Si decide que el caso no es tramitable pues aún no se han agotado los recursos internos y no es aplicable una excepción, el Alcalde tendría que esperar a que se agoten todos los trámites: que el Procurador lo destituya en segunda instancia y posiblemente una acción ante el Consejo de Estado. Si decide que sí es tramitable, la CIDH notifica al Estado y se inicia la ‘etapa de admisibilidad’, en la que se consideran los argumentos del Estado. Esta etapa culmina con la publicación de un informe de admisibilidad o inadmisibilidad. Si lo aprueba, se iniciaría el estudio de fondo del caso. Esta etapa incluye la presentación y estudio de los argumentos de ambas partes. No hay antecedentes Medidas cautelares no han tenido éxito Este año se presentaron a la CIDH unas 90 solicitudes de medidas cautelares por vulneración de derechos políticos y ninguna fue concedida. Petro alega que el derecho evoluciona y que el hecho de que no existan antecedentes no quiere decir que no pueda cambiar ahora. Si sucede, lo más probable es que miles de personas que han sido destituidas, o estén en vías de serlo, acudirían en masa a la CIDH para solicitar que se les proteja también. En cambio, en el procedimiento regular, Petro tiene posibilidad de salir victorioso. SERGIO GÓMEZ MASERI CORRESPONSAL DE EL TIEMPO WASHINGTON

Fuente: El Tiempo