a quien se le ha dado el poder de juzgar debe seguir el principio de "lo bueno y lo justo" de que hablaban los romanos. La ponderación, el buen juicio, la mentalidad de que su acción debe fortalecer la democracia y no debilitarla es la guía para ejercer su rol de juez de sus semejantes.

El nefasto procurador ordóñez no lo entiende, no lo puede entender. La democracia para estos primates es un molesto escollo al que hay que hacerle el quite cada que se pueda.

Por fortuna, estos fundamentalistas son torpes en extremo. Su corta mentalidad los lleva a extremos inauditos, provocando con su estupidez manifiesta la reacción de las fuerzas democráticas.

Su absurdo fallo ha conseguido reunir en su contra a todo el espectro político (conservadores, liberales, centristas, izquierda democrática) excepto sus congéneres que como él viven en el siglo xix.

Es tiempo de limitar su poder. Ya el propio ministro de justicia anuncia la revisión del mandato constitucional y los líderes de los partidos, las personalidades democráticas rechazan al troglodita.

Sucedió lo inesperado. Su odio al que piensa diferente se comienza a volver en su contra. Va a salir trasquilado. Ya la onu pidió estudiar el fallo y le recordó la jurisprudencia internacional que sólo le permite a un juez la destitución de un funcionario elegido popularmente tras comprobársele un delito.

Se violaron los derechos humanos de petro y el estado colombiano deberá responder ante la corte interamericana de derechos humanos. Así de simple. La constitución no puede pasar por encima de tratados suscritos por colombia, de obligatorio cumplimiento


fuente: El tiempo