Desde hace algún tiempo que hay entrenadores sexuales en Inglaterra, pero ahora han obtenido reconocimiento legal. A diferencia de psicoterapeutas y sexólogos, un entrenador sexual puede enseñar en la práctica misma cómo resolver los problemas íntimos de sus clientes.

Quizás hayas pensado en ir a un terapeuta o sexólogo, o en una de esas ya lo estás haciendo, pero todos sabemos que otra cosa es con guitarra, o mejor dicho con un hombre en la cama. Y. A diferencia de los sexólogos, los entrenadores sexuales pueden realizar sus labores precisamente donde cobran vida los problemas: la cama.

Según la entrenadora sexual británica Sarah Morrison, esto aumenta el nivel de placer que recibe el cliente y le hace dejar de incomodarse con su desnudez.

"Habitualmente todo se inicia con las conversaciones, pero luego si el cliente quiere, estoy preparada para seguir con los juegos de rol, el masaje erótico, las caricias y otros métodos de 'instrucción'", dijo la entrenadora al diario británico The Independent.

Pero el tema no se ha quedado en una simple legalización: el entrenador Mike Lousada tiene la intención de crear el primer sindicato de entrenadores sexuales, con el objetivo es regular una profesión en auge, tener unos códigos éticos y unas normas para evitar que ejerza gente sin la debida acreditación, con la mala imagen que eso puede suponer para estos profesionales de la instrucción sexual.

Reveló que cobra 63 mil pesos chilenos la hora por sólo conversar con su cliente, mientras que el coito cuesta 93 mil pesos por hora y subraya que el objetivo principal de su trabajo es resolver los problemas psicológicos de su cliente.