Respuesta: 'Carrusel': ¿por qué no pasa (casi) nada? ¿Qué viene ahora?
La mayor preocupación tanto de la Fiscalía como de la Corte Suprema es que los hermanos Moreno Rojas logren que un juez les dé la libertad por vencimiento de términos y ellos se puedan escabullir definitivamente. En el caso de Iván, tendría la ventaja de que es ciudadano de Estados Unidos y tiene propiedades en ese país que le permitirían permanecer en él.
Por ahora sigue la operación tortuga aplicada por los nietos del expresidente Gustavo Rojas Pinilla. La Corte citó el próximo 2 de diciembre a nueva audiencia en el caso del exsenador. Pero todavía falta mucho. Además, en la medida en que la Fiscalía avanza, la Corte va recibiendo nuevos elementos probatorios.
De hecho, en septiembre pasado, la Sala Penal le agravó la calificación del delito: antes era tráfico de influencias, y ahora lo cambió a autor y determinador del interés ilícito en la celebración de contratos. También se le sigue otro juicio por cohecho y concusión.
En cuanto a Samuel Moreno, el primer caso va en audiencia preparatoria, que es la fase anterior al juicio. Y esa audiencia, que en teoría debe durar máximo 90 días, comenzó hace un año y medio. En este momento está parada porque la defensa interpuso una nueva apelación y el tribunal la está resolviendo. El segundo caso también va en audiencia preparatoria y, aunque puede ir más rápido que el anterior, también se ha dilatado porque la defensa de Moreno ha pedido varias veces que se anule.
En el caso del exalcalde la Fiscalía está buscando un acuerdo con él. Por eso, tal vez no le ha hecho la imputación del nuevo caso de las ambulancias. La idea es que Samuel acepte los cargos y así se evitaría un nuevo viacrucis con el juicio.
La propuesta es bastante polémica. Por un lado, quienes la defienden, sostienen que de esa manera se hace más eficiente la Justicia, se evita recargar al sistema con un juicio que puede tomar tres o cuatro años y también se evita el riesgo de que el recluso logre la libertad por vencimiento de términos y evada la Justicia.
Pero por otro lado, hay quienes consideran que los acuerdos se deben hacer con los lugartenientes de la organización criminal y no con los peces gordos, sobre todo cuando ya se tienen pruebas para, en teoría, condenarlos. Sobre todo porque si la condena termina siendo baja, comparada con el daño que se causó, no se logra un efecto ejemplarizante.
Este caso, además de descubrir todos los engranajes del escándalo de corrupción más aberrante en la historia del país, también debe darle lecciones a la administración de Justicia sobre qué errores se deben corregir para evitar que los poderosos se la pongan de ruana. |