España perdió en su visita al soccer city 1-0 ante los locales pero la derrota fue dolorosa por la lesión del portero Víctor Valdés quien podría perderse los juegos de su club durante seis semanas. La fiesta acabó realmente mal. España perdió la memoria, el estilo y el partido ante una selección menor pero con más ilusión y mejor juego. Se rompió Víctor Valdés, desastre de proporciones incalculables para el Barça a corto plazo. Y Arbeloa no acabó de portero porque el árbitro puso el sentido común por encima del pacto. Un mal recuerdo en el escenario del mejor recuerdo.
España jugó sin velocidad ni intención y se tragó algunas buenas contras de Sudáfrica. A Casillas le salvó el larguero en un remate de Manyisa, desviado certeramente por Ramos, y sus reflejos en otro cañonazo sin demasiada colocación de Parker. España no encontró las bandas y Sudáfrica alejó mucho a Llorente del área. Y cada metro que retrocede ahí achica su juego. Dejó un cabezazo y poco más antes de que le relevara Cazorla. Con un nueve de corte clásico la cosa no funcionó. Munición para Del Bosque, que a la espera de lo que depare Diego Costa está más por un blanco móvil para la plaza.