Un mal director de orquesta pueden ponerlo a dirigir la mejor agrupación del mundo y echarla a perder. Y al revés, un excelente director de orquesta puede, con una plantilla limitada conseguir grandes cosas como Simeone, por ejemplo.

Guardiola es muy bueno y como Pekerman o el Tata Martino, saca lo mejor de sus jugadores y traza la senda ganadora. Acoplarlos, definir su táctica, estudiar al contrario, ajustar las líneas, realizar los cambios, cambiar el estilo en su momento, saber leer los partidos, son muchas las cualidades que debe tener un buen técnico y Guardiola lo demuestra hoy en el Bayern.

Sí, tiene la ventaja de tener buenos jugadores, pero su talento para dirigirlos lo demuestran los hechos.