6. Formaciones onduladas de piedra en el desierto de Nevada, EE.UU.

El grupo de rocas conocido como “The Wave” es una formación de piedra arenisca que se localiza en la parte norte del estado de Arizona, EE.UU. El bello efecto gráfico de líneas múltiples “dibujadas” en la piedra se debe a la erosión del viento y el agua en el Jurásico Medio. El material de arena presente en este sitio ayudó a crear este efecto único. La mayor parte de las rocas tiene 19 metros de ancho por 36 metros de largo.
The Wave está abierto al público y se puede llegar mediante una caminata por un sendero de poco menos de 5 kilómetros de largo en un ambiente no siempre fresco y cálido – recordemos que estamos hablando de rocas en el desierto. Las temperaturas suelen pasar de los 40 ° C todas las tardes en la temporada de verano (a principios del mes de julio, algunas ciudades de la región alcanzaron récord de 54 ° C). Por lo tanto, si se aventuran por estas partes, eviten las horas más calurosas del día, tomen mucha agua y buena suerte.
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5. Arboles de Eucalipto Arcoíris en Hawái.

La especie Eucalyptus deglupta es el único árbol de eucalipto que se encuentra en el hemisferio norte. Como si eso no fuera lo suficientemente extraordinario, los árboles de hasta 70 metros de altura también brillan como los colores del arco iris: su corteza puede adquirir tonos de amarillo, verde, naranja e incluso púrpura.
El inusual fenómeno se debe al intercambio de la corteza, que sucede en diferentes épocas. Es decir, los diferentes colores son indicadores de la edad de la corteza: un tronco nuevo nuevo revela en su interior una luz verde clara. Este tono se oscurece con el tiempo, y termina pasando por tonos de azul y púrpura, para finalmente llegar a tonos naranja y marrón.
Los árboles en la foto son de la isla de Maui, Hawái, y se han convertido en uno de los principales lugares de interés.
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4. Cascada de sangre, en la Antártida

En 1911, el explorador y geólogo australiano Griffith Taylor descubrió una característica glacial extraña de la Antártida, en un lugar que hoy se conoce como la Cascada de Sangre. Es una especie de catarata de color rojo brillante, con una altura de unos cinco pisos de un edificio comercial, que se filtra a través de una grieta en el ahora llamado Glaciar Taylor. El destino final de la “sangre” es el lago antártico Bonney.
Pero, ¿de dónde proviene esta inusual coloración en un lugar lleno de hielo y nieve?
Los geólogos primero creyeron que el color del agua provenía de las algas, pero ahora se sabe que es causado por microbios que viven en un ambiente rico en azufre y hierro en el agua sin oxígeno que hay debajo del hielo, desde hace casi 2 millones de años. El lago oculto bajo el glaciar Taylor se encuentra debajo de una corteza de hielo de 400 metros y se extiende hasta el final del glaciar. Este lago macha el hielo de un color naranja rojizo cuando sus aguas ricas en hierro se “oxidan” al entrar en contacto con el aire.
Se cree que el lago subglacial bajo el Glaciar Taylor fue parte de un sistema marino antiguo que fue atrapado cuando glaciar se cerró, hace entre 1.5 y 2 millones de años. La esporádica salida de líquido rojizo da a los investigadores la oportunidad de explorar el lago escondido, sin perforaciones y sin el riesgo de contaminación del mismo lago.
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3. Nube gigante sobre Beijing, China.

Una impresionante y gigantesca nube de tormenta en forma hongo dominó el horizonte de Beijing, hecho que provocó que las personas de la ciudad temieran el comienzo del fin del mundo. Para el ojo inexperto, parecía la primera señal del apocalipsis como el comienzo de una guerra nuclear.
Sin embargo, en lugar de cualquier indicio bélico, la nube con forma de hongo gigante vista en los cielos de la capital china, en junio de 2012 fue simplemente una muestra brillante de la maravilla de la naturaleza.

Se trataba de un cumulonimbus gigante – una nube vertical, imponente, que normalmente se asocia con una tormenta. Por su grandeza y también por su belleza, esta super nube fue muy fotografiada y filmada por la gente de la ciudad.
Incluso la más pequeña de las nubes cumulonimbus hacen que cualquier otro tipo de nube parezca ridículamente pequeña, ya que su base puede tener varios kilómetros de diámetro. Y la formación gigante en Beijing no fue una excepción: la forma de un enorme yunque (o una explosión nuclear, para ser más dramáticos) dominó el horizonte de la ciudad durante toda una tarde.
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2. Bosque sumergido en el Lago Kaindy, Kazajstán.

Se necesita algún tiempo hasta que uno se da cuenta de que, sí, esas formaciones finas y altas no son más que árboles, de verdad, arboles bajo el agua. El sentido común nos dice que los árboles fueron diseñados para tener sus raíces en la tierra, no en el agua, y desde luego que no estaban destinados a encontrarse sumergida en lagos, pudriéndose lentamente como esqueletos.
El Lago Kaindy, situado en Kazajstán, es muy joven geológicamente hablando, habiendo nacido en el siglo pasado. Situado a 2,000 metros sobre el nivel del mar, posee 400 metros de longitud y su profundidad se acerca a los 30 metros en algunos lugares.
Fue creado debido a un deslizamiento masivo de tierra caliza, el agua inundó esta región y el patrón rocoso que existía a su alrededor se convirtió en una barrera natural para el lago de nueva creación. Los árboles que habitaban el sitió perecieron luego de la inundación y ahora descansan en el lecho del lago, con la parte superior de sus copas sobresaliendo de la superficie, como los mástiles de los barcos hundidos misteriosamente.
En los meses de invierno, el Kaindy se congela, pero eso no impide que algunas almas valientes se sumerjan en sus aguas. Los buzos son cautivados por la visión de los troncos de árboles envueltos en una capa de hielo y la extraña belleza del mundo submarino en este singular lago Kazajo.
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1. El lago rosa, Australia.

Es posible que alguna vez te hayas topado con la famosa foto del Lago Hillier. Famoso por su color rosa, el lago se encuentra en la isla de Midle en el archipiélago de Recherche, en el estado australiano de Australia Occidental. Visto desde la parte superior, se asemeja a un gigantesco chicle rosa. Y quien llega a la isla por avión no consigue dejar de estirar el cuello para observarlo.
El lago tiene aproximadamente 600 metros de largo y está rodeado por una franja de arena, seguida de un denso bosque de eucaliptos. Otra estrecha franja de dunas cubiertas de vegetación nativa separa al lago rosa del Océano Pacífico. La ciudad grande más cercana es Perth. Sydney y Melbourne están en el otro lado del país.
A diferencia de otros lagos de color rosa en el mundo, el tono particular de Lago Hillier todavía carece de una causa determinada, aunque se especula que el color surge de un colorante creado por organismos Dunaliella salina y halobacterias. Otra hipótesis es que el color rosa se debe a bacterias halófilas rojas en las capas de sal. De por lo menos una cosa, los científicos que estudian el sitio, están seguros: el color no se debe a la luz, y esto puede ser demostrado mediante la extracción de una cantidad de agua del lago para ponerla en un recipiente cualquiera. El rosa es permanente.
Uno de los primeros relatos de la historia del lago rosa en el archipiélago de Recherche se remonta a los escritos de Matthew Flinders, un explorador británico, hechos en 1802. Flinders había subido a la cumbre más alta de la isla Midle (ahora conocido como monte Flinders) para examinar las aguas que la rodeaban encontrándose con este notable lago rosa. Hasta hace unos pocos años, cuando había minas de sal en la región, la isla y su lago rosa eran casi vírgenes. Desde entonces, el sitio ofrece a los visitantes una de las más impresionantes vistas de una de las grandes maravillas naturales del mundo.