“Nadie se mete con Venezuela, ya basta, se le acabó el tiempo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, sentenció el presidente Nicolás Maduro cuando anunció que su país ya no reconocería la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)porque, según el mandatario, interfirió en su soberanía y se dedicó “a escudar el terrorismo”.
En medio de las críticas de varias ONG y defensores de derechos humanos, el presidente venezolano cumplió las órdenes de su antecesor, Hugo Chávez, quien acusó a la CIDH de ser “un brazo del imperio” cuando esta presentó un informe sobre el deterioro de la democracia venezolana. Los ciudadanos de ese país se quedaron sin el único ente que juzgó y condenó las violaciones más importantes a los derechos humanos en los últimos 25 años y que logró que el 3 por ciento de las violaciones cometidas en este país llegaran a juicio.
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