Hay días que tienen que llegar, y este fue uno de esos. En una fiesta en la que asistimos varios familiares, celebrando una de las fechas especiales de la unidad residencial donde se reúnen todos los vecinos, se hacen algunas ventas de comida, bebidas, y así se recogen fondos para la comunidad. Recuerdo que bailamos bastante, tragos van, tragos vienen, mis cuñadas se tomaron sus traguitos así como mis cuñados. El esposo de Estrella, mi cuñado, se tomó unos cuantos de más, casi nunca lo hacía, y como ya estaba bastante embriagado, tomamos la decisión de irnos a eso de las 3 a.m. Llegamos a la casa de Estrella y todos nos acostamos, cansados. Estrella en una mujer muy agradable, coquetona, de buenos senos, mide como 1,75, de ojos negros, piernas contorneadas, y un trasero de envidia trabajado en gimnasio. Siempre que me alojaba en su casa nos daban una habitación contigua a la principal, me acosté junto a mi esposa, pero ella se durmió casi instantáneamente. Como a los quince minutos me levanté al baño y en el corredor me encontré con Estrella que venía del baño y cruzamos una mirada de complicidad. Habíamos estado hablando durante la reunión, nos reímos y coqueteamos con un poco de descaro, teníamos buena química desde hacia un tiempo. Le tomé la mano, le dije que me esperara que le tenía una propuesta y cuando salí del baño confirmamos que todos dormían, apagamos las luces y nos fuimos a un cuarto desocupado que estaba en el primer piso. La aprisioné contra una pared, nos besamos con pasión y tratando de aprovechar al máximo el tiempo, le tomé sus apetitosos senos que me traían loco, fue algo que me permitió fácilmente ella y su pijama, le quité la parte de arriba, le besé rápidamente sus senos duros y sus pezones erectos, le dije unas cuantas cosas al oído, le susurré que me traía loco, que la acariciaría todo su cuerpo, que me quería chupar su clítoris, su vagina, le acaricie su clítoris con movimientos rápidos y circulares de mis dedos, tocándola toda, aprisionando sus hermosas nalgas, metiéndole los dedos en su boca para apagar sus gemidos que podrían alertar a alguien en la segunda planta, ella los chupaba agradablemente. Cuando sentí que tenía su panocha bien humedecida rápidamente le baje su diminuto hilo dental y empecé a saborear su delicioso clítoris moviendo mi lengua con avidez, mordiendo un poco, probando sus jugos, pasando mi lengua por su vagina, sabor delicioso e inolvidable, hasta que sentí que tuvo un hermoso orgasmo, todo fue rápido y emocionante, quería más pero existía el temor de que los gemidos del orgasmo despertasen al alguien. Luego me paré, le dije al oído que le tenía como regalo un apetitoso banano, ella excitada, se arrodilló sacó mi endurecido pene y lo introdujo en su boca de manera fantástica, lo disfrutó, me puso a volar, pero como la luz estaba apagada no pude ver su cara de satisfacción pero me la imaginaba por la forma en que lo chupó. Cuando estábamos en un momento delicioso, escuché que algo sonó, un ruido fuerte, me alerté y me retiré pensando que fuera alguien que se había levantado con nuestros gemidos, pero no, solo era una lata movida por el viento, pero esto hizo que termináramos nuestra furtivo y delicioso encuentro. Nos dimos un beso y cada uno se dirigío a su habitación en momentos diferentes. Habría podido ahí mismo en ese momento introducirle mi pene en su húmeda y caliente vagina, pero creo que la idea se desvaneció por la posibilidad de que alguien se enterara. Fue fantástico, y creo que en sueños se ha repetido. Pero yo se que hay días que tienen que llegar.
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