Secretario general de UNASUR responde a cuestionamientos de sectores políticos colombianos

Samper ha sido un saltimbanqui de la política. Desde sus épocas de concejal ha capeado toda clase de aguas dejándose llevar por la corriente o arrimándose al árbol que más sombra da. Así consiguió sobrevivir, ganar espacio y consolidarse como líder nacional. Es, como el senador Uribe, un fiel representante del "todo se vale" y por ello, prendiéndole una vela a dios y otra al diablo consiguió ser elegido secretario de Unasur, un ente politizado inventado por Chávez y sus amigos para restarle poder a la OEA.

¿Sirve para algo UNASUR? Si en vez de ser un club de amigotes populistas, fuera un bloque con pluralidad política e identidad regional, sería bienvenido. Pero, al igual que MERCOSUR, sólo sirve para impulsar un modelo político y económico fuera del cual no hay salvación. Explicable, entonces, que Samper se ponga del lado del patrón que le permitió volver de la oscuridad del olvido y de rodillas justifique las tropelías contra los colombianos.

De no hacerlo, perdería su lustre de sirvienta uniformada con sueldo fijo y prestaciones y volvería al museo donde lo espera el moho y el letrero que lo identifica ante la historia: el bojote del elefante.