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 La conspiración contra PetroParticipa en el tema La conspiración contra Petro en el foro Politica y Sociedad. |
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| #1 | |
| Denunciante Dorado  |  La conspiración contra Petro
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 Meses después, superada la crisis de 'los tres días que estremecieron a Bogotá', como lo definió el Alcalde, se conoce que la razón jurídica la tiene la Alcaldía. Llegaba la fecha del fin de los contratos de concesión de recolección de basuras en Bogotá, actividad realizada, por más de dos décadas, por un puñado privilegiado de operadores privados. En los pasillos de la Casa de Gobierno, una casona republicana en donde espantan los fantasmas de épocas pretéritas, la tensión calentaba los velos transparentes del viento gélido que bajaba de los cerros tutelares. Más allá de la plaza de Bolívar, recién iluminada por las luces de un descomunal árbol navideño, llegaban los comentarios sobre reuniones que se hacían en clubes exclusivos, en las que se decía, en medio de las risas con alientos de licores finos, que el alcalde Petro tenía que echar atrás la decisión de asumir de manera directa (desde lo público) el servicio de recolección de las basuras. “¡No le queda otra que prorrogar los contratos del negocio!”, afirmaban con soberbia golpeando el cristal fino de los vasos. En otro lugar de la ciudad, frente al enorme espacio de galpones vacíos de Corferias, en las instalaciones del Acueducto, las correndillas de altos funcionarios que llevaban y traían papeles presentaban apresurados informes impresos en cuadros y figuras que daban cuenta sobre los balances y viabilidad de la decisión de retomar la prestación del servicio de aseo. “Si Medellín lo ha hecho durante años, también Bogotá lo puede hacer”, se escuchaba decir a los directivos de la empresa y sindicalistas, convenciendo a aquellos que expresaban dudas y temores con respecto a la anunciada decisión de hacer de la prestación del servicio de aseo una actividad adicional de la empresa de agua y alcantarillado. “El mundo está volviendo a lo público después del fracaso del modelo privatizador”, se escuchaba decir, con vehemencia, a los trabajadores que peroraban en los pasillos y cafeterías. Los medios de comunicaciones, sin pausa, derramaban hipótesis sobre lo que habría de suceder, recogiendo informaciones fragmentarias, de aquí y de allá. Que un descomunal crucero, cargado de camiones compactadores de última generación, presuroso, había zarpado y rompía las olas frías del Atlántico para descargar en los puertos del Caribe las compactadoras que recogerían las basuras en Bogotá, decían desde los informes de televisión. Que desde otras ciudades de países hermanos, por gestión de la administración, habían visto una caravana de interminables camiones compactadores pintados de rojo subiendo las agrestes cordilleras de los Andes, informaba una agraciada presentadora, citando fuentes de “alta credibilidad”. Otros medios, los menos, con prudente silencio esperaban, pacientes, una voz oficial. El barullo de la comitiva presidida por el Alcalde que salía del despacho silenció los comentarios y especulaciones de los periodistas, que, impacientes, esperaban en las plazoletas de la Casa de Gobierno. El Alcalde se parapetó detrás de la transparencia del atril, desde donde da rienda suelta a su habilidad de tertuliador irredento y, sin preámbulos, dijo: “Los operadores privados del aseo deben devolver los camiones que son de Bogotá. Así lo ordena la ley”. Los contratistas del aseo, cuentan, por un instante quedaron petrificados, segundos antes de que estallaran en un sartal de procacidades con las que ordenaban a sus abogados oponerse a las pretensiones anunciadas por la Alcaldía. Los contratistas privados, aferrados a artilugios jurídicos, se quedaron con los camiones. Tampoco recogieron las basuras, lo que produjo el caos sanitario. “¡Esto es una conspiración para tumbar al Alcalde!”, se escuchó una voz. Meses después, superada la crisis de “los tres días que estremecieron a Bogotá”, como la definió el alcalde Petro, se conoce que la razón jurídica la tiene la Alcaldía. Los operadores privados, antes que cumplir la ley, anuncian consultas jurídicas. Parece una conspiración contra Petro. Retrospectiva:  'La extrema derecha teme que gane': Gustavo Petro Gustavo Petro, aspirante a la alcaldía de Bogotá. Foto: Claudia Rubio / EL TIEMPO El aspirante de Progresistas a la alcaldía de Bogotá habló con María Isabel Rueda. ¿Ha pensado en retirarse por cuenta de las cosas que está diciendo el ex ministro Fernando Londoño? (Risas). Para nada. Londoño es un enemigo de la Constitución del 91. Sabe que destruir el proceso de paz con el M-19, que es la antesala de la Constitución, es el camino. ¿Pero, jurídicamente, él no tiene razón? En nada. Se trata de una tesis que, según ellos, no solo me impediría ser alcalde de Bogotá, sino que me habría impedido ser congresista. Lo cual es un exabrupto, porque duré quince años en el Congreso. Un poquito tarde... Por razones políticas fui arrestado hace muchos años, pero en aquella ocasión no fui condenado, sino sancionado. ¿Razón política llama a un arresto que le hicieron por estar armado? Por ser del M-19. En ese entonces, el arma de defensa personal no era delito. Pero, incluso, la legislación actual divide entre armas privativas del Ejército, cuyo porte constituye realmente un delito, y las armas de defensa personal, que son las que los ciudadanos tienen, si quieren. Pero con salvoconducto... Sí. Es cierto que yo no tenía salvoconducto. Yo era concejal de Zipaquirá y militante público del M-19, porque estábamos en el acuerdo de paz con Belisario. Eso permitió que los militares me arrestaran y me impusieran una sanción que se expedía por resolución administrativa de General. Según el artículo 179 de la Constitución, lo que inhabilita a un congresista es haber sido condenado en alguna época a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos. Yo no cometí ningún delito ni fui condenado por sentencia judicial. He ahí el error de Londoño. Lo más duro de la columna de Londoño es la sugerencia de que si usted no hubiera estado preso en ese momento, habría participado en la toma del Palacio de Justicia por el M-19... Claro, eso es lo que sugiere. Pero lo que no escribe es que yo, por decisión judicial, quedé totalmente desvinculado de eso. Lo que él está construyendo es un instrumento para ver cómo me quita votos porque conoce las encuestas y sabe que voy ganando... Eso le iba a preguntar: ¿cree que la ofensiva del doctor Londoño es porque lo ve ganando la alcaldía de Bogotá? Sí. Es eso. Y una preocupación de la extrema derecha uribista. No de todo el uribismo, porque yo siempre he reconocido ahí tendencias democráticas. Pero hay una facción que no lo es, muy peligrosa y que conspira contra la democracia. Ellos no quieren por ningún motivo que yo gane las elecciones a la alcaldía. Hace ocho días le pregunté a Aurelio Suárez: ¿cuánto Polo se les llevó Petro? Ahora le pregunto a usted: ¿con cuánto Polo se quedó Aurelio? Hace cuatro meses, cuando fundamos Progresistas, pensé que era una facción del Polo. Pero inmediatamente se juntó un sector del Partido Verde, lo que cambió el asunto. Hoy, Progresistas en Bogotá es lo que denomino una red de nueva ciudadanía, que no es ni Polo ni Verde. Ojalá podamos llevar esa red de nueva ciudadanía hacia formas de gobierno que nada tienen que ver con la izquierda tradicional del país. Vea lo interesante: ¿será que los que se quedaron en el Polo tienen razón cuando creen que usted es un izquierdista que va p'al centro para hacerse perdonar del establecimiento? La demostración de que no soy así es Londoño. Ellos saben que no soy así. Saben que tengo un proyecto y que ese proyecto implica cambios en intereses sociales muy poderosos. Comparto lo que dicen: '¡Qué tipo tan inteligente que es Petro!'. ¿Cómo hizo usted para transformarse de militante del Polo en denunciante del Polo? Denunciante, pero de la corrupción. El Polo en sí mismo no es corrupto. No es que haya sido una maniobra inteligente, sino que se reconoce ese esfuerzo mío de lucha contra la corrupción. No simplemente de manera retórica, que es fácil, sino desmantelando bandas muy poderosas. Mucha gente me dice que no sabe cómo estoy vivo. ¿Usted se dio cuenta tarde de cómo eran los Moreno? Yo venía luchando y la prensa recogió parte de esas luchas, pero ahora no se las recuerda intencionalmente. ¿Qué es lo que no recuerdan? Esa lucha mía contra los Moreno. Primero fue la de Navarro contra Samuel, que yo apoyé. Nos ganó Gaviria. Y para la alcaldía del 2007 yo quise que el candidato del Polo fuera Mockus. Pero él, como siempre, me dijo que esperara, que iba a reflexionar. Y, al final, un gran error de su parte porque nos habríamos salvado de lo que pasó, Mockus tomó la decisión contraria a la de esta vez y no aceptó. Me empezaron a llamar traidor dentro del Polo porque Mockus no tenía la misma ideología, pero yo quería que fuera Mockus para que no fuera Samuel. Como él dijo que no, nos tocó con Navarro impulsar a María Emma Mejía, que mostraba en las encuestas que ganaba cinco a uno sobre Samuel. Nos confiamos, y cuando vino la consulta, Samuel sacó 75.000 y María Emma, 25.000. Los estatutos del partido nos obligaron a apoyar al ganador. Pero créame que todo el tiempo intentamos que no fuera Samuel. Como candidato, no lo recuerdo a usted diciéndole a Samuel: 'No me apoye'... No me apoyó. Apoyaron a Carlos Gaviria, yo los derroté, y aunque estaban obligados a apoyarme, no lo hicieron. Sabotearon mi campaña y eso me costó la segunda vuelta presidencial. Usted hasta nombró a Clara López de candidata a vicepresidente... Intentando evitar ese sabotaje. Ella lo sabe. Pero el simple hecho de que Jaime Dussán, presidente del Polo, no firmara las autorizaciones para que yo pudiera salir en televisión durante la campaña, mientras Santos salía cinco veces al día, fue muy dañino. ¿Cuándo arranca la guerra con el senador Robledo? La primera discusión arrancó en el debate sobre el paramilitarismo en Antioquia, que es el mejor debate que yo he dado y el que me trajo todas las amenazas. Pero la posición de Robledo cuando yo propuse el acuerdo sobre la verdad, era que yo había roto los principios del Polo, cosa que no era cierta. Al Moir no le gusta la palabra acuerdo. Ve en la posición de acordar con los que son diferentes una especie de traición. Es un sectarismo. ¿Y cuándo arranca la guerra con Carlos Gaviria? Ese es un problema más personal. Gaviria debería estar con nosotros, porque es un ex magistrado de la Corte Constitucional y, por lo tanto, sabe de los valores de la Constitución del 91, pero por alguna razón terminó muy pegado al Moir. Y ante mis posturas de buscar definiciones frente a las Farc, él sintió que yo lo estaba poniendo de ese lado, pero esa no era mi intención. Ahí arrancó esa separación de tipo personal. ¿No será que usted está de candidato a la alcaldía de Bogotá por sacarse una espina del Polo? Yo tenía indicios sobre la corrupción desde que pasé por Sahagún en mi campaña presidencial y me dijeron que ahí había un señor llamado Emilio Tapia que llegaba en avión (de inmediato pensé: ¡mafia!) comprándole votos a Iván Moreno. Con Carlos Vicente de Roux, cuando comenzamos la investigación, nos sorprendió, porque lo que ahí había era una mafia que se había tomado el Distrito, con dos militantes del Polo, liberales y muchísimos de 'la U', y los contratistas, que no son de ningún partido. Entonces, ¿sí hay espinita? Espinita no hay, porque cuando decidieron no expulsar a Samuel y a Iván, nosotros ya estábamos preparados para irnos. Al comienzo quise que el candidato fuera Carlos Vicente de Roux, acompañado de Gina y de Galán, mediante un acuerdo. Fue un error de ellos decir que no a esa consulta interpartidista. Los Progresistas, ante el fracaso de este acuerdo de unión, presionaron para que fuera yo el candidato. Así como Gina insinuó que Galán tenía que sacar a unas personas de Cambio Radical, usted hizo lo propio con unos concejales de 'la U'... Eso le salió mal a Galán, porque se metió en un problema gratuito. En el caso de 'la U', su presidente, Juan Lozano, los abrazó con la frase de que espera pruebas. Las pruebas están: los 200 mil millones son clarísimos. ¿Se los robaron? La palabra robar es muy dura, porque ellos hicieron un contrato y, como ese fue el pago, no es robo. Pero en un concejal eso es absolutamente ilegal: que contrate por sí o por interpuesta persona, y aquí descubrimos a la interpuesta persona. ¿Me recuerda el nombre de esos concejales? Ellos son el cartel de la contratación en Bogotá en compañía de los contratistas. Uno es Édgar Torrado, con su hermano Efraín Torrado, senador. El otro es Andrés Camacho Casado. Aunque en cuantía menor, su caso es peor, porque usa fundaciones cuya sede es su casa, y cuando sabe que se va a iniciar la investigación cambia el nombre de estas y sigue contratando a través de Alma Mater, en una cuantía que suma 30.000 millones de pesos. Hipólito Moreno y el concejal Parada aparecen en reuniones sociales. Ellos dicen que eso no es un delito. Pero si aceptan que son amigos de Julio Gómez y Manuel Sánchez, ¿por qué en los proyectos de acuerdo que beneficiaban a estos contratistas no se impidieron? Es el cartel de la contratación, y Juan Lozano los abrazó. Pide más pruebas. ¿Qué más pruebas que 200.000 millones de pesos contratados a través de fundaciones que funcionan en la misma casa del concejal? Si fuera ciudadano y no candidato, ¿por quién votaría? Escogería entre Mockus, Galán y Gina. Cada uno tiene un atractivo para mí. Gina es valiente. Asumió desde el uribismo la crítica al paramilitarismo y, a pesar de que militó en colectivos conservadores ideológicamente, ella es libertaria, y yo también. De Galán, cuyas tesis coinciden casi todas con las mías, no me gusta es que es un poco frío, no comunica. Y Mockus coincide conmigo en dos temas fundamentales: la priorización del saber, de la educación en la ciudad, y en la lucha contra la corrupción. Finalmente, ¿podemos decir que Gustavo Petro está sacrificando la presidencia de Colombia por la alcaldía de Bogotá? Es muy probable. Si gano, ya el 2014 no será para mí porque estaré inhabilitado. Y en el 2018 tendré exactamente 58 años de edad... ¿Y quién dice que no podrá ser Presidente a los 58 años? Para ese entonces el mundo habrá cambiado, Colombia también, y seguramente habrá nuevos liderazgos. Todo el objetivo de ganar una alcaldía es transformar la ciudad de tal manera que sea una alcaldía histórica. ¿Qué puede permitir eso? Que alguien como yo gane la presidencia, no necesariamente yo. MARÍA ISABEL RUEDA  Última edición por PEDROELGRANDE; 16-05-2013 a las 10:40:22 | |
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 No Calculado | #1.5 | |||||||||||||||
| SponSor  |  Re: La conspiración contra Petro
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16-05-2013
, 11:22:36
| #2 |
| Denunciante Ultra  |  Respuesta: La conspiración contra Petro muy bueno este articulo viejo pedro,,verde pa vos |
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16-05-2013
, 13:25:12
| #3 |
| Denunciante Constante  | Respuesta: La conspiración contra Petro Inocultable que muchos " poderosos" no lo quieren y si pueden le hacen zancadilla.... Pero con su Pesima Gestion hablamos, mas bien de una "Autoconspiracion"....  |
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16-05-2013
, 13:35:03
| #4 |
| Denunciante Mítico  | Respuesta: La conspiración contra Petro La conspiración contra PeDro??? ahhhh ... lei mal!!!! |
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16-05-2013
, 13:49:06
| #5 |
| Denunciante Bronce  | Respuesta: La conspiración contra Petro Dijiste Conspiración?  La entrevista con Rueda estuvo buena, el primer texto algo prosaico... |
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16-05-2013
, 13:54:08
| #6 |
| Denunciante Épico  | Respuesta: La conspiración contra Petro Lo que cuenta es que, poco a poco, la ciudad va recuperando el ritmo y Petro, pese a su soberbia e improvisación de novato, va corrigiendo el rumbo. La recolección de basuras se amolda a lo dicho por la Corte Constitucional, el tema de la vivienda comienza a manejarse bien a través de los subsidios y la negativa a las viviendas gratis previniendo problemas fiscales, la movilidad avanza con el programa de chatarrización y la entrada en operación de nuevas busetas del SITP, el recaudo de impuestos es muy bueno, la habilitación de vías comienza su marcha, lo mismo que algunos tramos de la Caracas de Transmilenio, la habilitación de varios megacolegios distritales también se está realizando, ya se firmaron los estudios finales para el Metro, igual comienza a avanzar el tren de carga que conectará a Boyacá con la capital, comenzando el segundo semestre se integrarán las tarjetas de Transmilenio, en fin, muchos temas y en todos ellos se va avanzando. Buena noticia para la capital y para la misma Colombia, pues Bogotá jalona el país. |
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| Etiquetas |
| nadie me quiere todos me odian, petro |
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