(Especulaciones) ¿Cómo podría intervenir Rusia en una guerra civil en Venezuela?

El caos político de Venezuela, la violencia y una fuerte depresión económico arriesga hundir uno de los alíados más importantes de Rusia en el hemisferio occidental. Años de altos precios del petróleo y un gobierno amigo del Kremlin ha llevado miles de millones de dólares en inversiones y ventas militares a Venezuela, dándole a este país una de las fuerzas aereas más fuertes de América Latina. Mientras China se ha puesto sobre cubierto y negocia tras bambalinas con la oposición venezolana, Rusia sigue de cerca al gobierno especialmente en materia de contratos con la industria petrolera. Si la crisis se deteriora más, Rusia no podría intervenir de la misma manera que lo hace en Siria a causa de las grandes distancias entre ambos países.

Sin embargo, la posibilidad de un colapso total en Venezuela llama más la atención de la prensa militar rusa. Un artículo reciente que puede calificarse como de notoriedad por Konstantin Strigunov publicado en julio de 2017 en el Voenno-promyshlennyi kur'er (Correo Militar-Industrial) que es un periódico influyente que cubre asuntos militares, esboza opciones en una hipotética guerra civil venezolana. Nótese que el artículo de Strigunov no da cuenta de políticas del gobierno ruso, pero vale la pena darle atención dada la influencia de este periódico entre los oficiales del ejército ruso que leen o escriben en él.

Primero, Strigunov asume que la oposición venezolana - y los choques diarios entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad - están ligados al apoyo de Estados Unidos en una intentona de "revolución de color" enfocada en derrocar un régimen hostil. No proporciona evidencia a estas afirmaciones, pero afirma que Rusia se debe preparar para la posibilidad de que la oposición, apoyada por "formaciones irregulares de mercenarios", carteles del narcotráfico e "intereses foráneos" derroquen exitosamente al gobierno venezolano.

"Desde el punto de vista de los intereses de Rusia, este escenario es desfavorable en extremo" escribe Strigunov, y en remembranza de la "teoría dominó" que guió la política exterior de USA en el sureste de Asia en los 60's, argumenta que otros gobiernos amistosos a los intereses rusos como los de Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, podrían verse arrastrados por Venezuela en una caída; pero debido a que la capacidad de intervención de Rusia es limitada, a diferencia del caso de Siria, "nuestro mejor interés está en apoyar la dirigencia existente en el país... al llevar asistencia efectiva en el más amplio espectro."

El artículo en mención afirma que la mejor manera que tiene el Kremlin para lograrlo es a través del fortalecimiento de sus relaciones con los países del ALBA - una coalición de naciones de izquierda en el hemisferio occidental aunque con disminuída influencia. En segundo lugar, Rusia debe proveer apoyo en inteligencia militar a los futuros contra-insurgentes venezolanos.

"Además, está entre nuestras capacidades encontrar puntos en común con grupos izquierdistas para usarlos de modo surrogado en favor del gobierno venezolano"

Un conjunto obvio de grupos que proveerían ese apoyo serían los "colectivos" u organizaciones pro-gubernamentales de milicianos que se desarrollaron a partir de organizaciones comunales respaldadas por el estado venezolano. Los colectivos, bien armados y movilizándose en motocicletas, han atacado con frecuencia a periodistas y manifestantes anti-gobierno. En julio estos colectivos atacaron políticos de la oposición con tubos y varillas en la sede de la Asamblea Nacional, demostrando abiertamente la intención de usar la fuerza para mantener al gobierno en el poder - aunque estas milicias actúan con frecuencia de manera independiente.

"Maduro se desespera más hora tras hora" afirmó al senado estadounidense en mayo de 2017 Mike Pompeo, director de la CIA. "El riesgo de que estos colectivos se salgan de su control se incrementa a medida que el tiempo transcurre"

Para estar seguro, Strigunov no menciona estos grupos con nombres, y no hay evidencia de que Rusia los apoye directamente - que es poco probable - o que lo haga en el futuro; pero no es descabellado que armamento ruso caiga en manos de estos paramilitares. El "Plan Zamora" que es una operación de contingencia del régimen, le autoriza al gobierno venezolano a armar milicias en caso de golpe de estado o guerra civil. Rusia le ha vendido al ejército venezolano decenas de miles de rifles Kalashnikov.

Este ejercicio de especulación sobre apoyos a surrogados (PROXIES) para descartar "revoluciones de color" tampoco es nuevo o inusual en la doctrina militar rusa, entonces Strigunov no le está sugiriendo al Kremlin que haga algo que no haya hecho antes.