| Heráclito | 08-12-2015 17:49:22 |
El Madrid golea al Malmoe (8-0)
Aprovechados. Se desquitan con los pequeños. Pelea de tigre y burro amarrado. Estuvo bueno el entrenamiento. Vuelve la Liga, vuelve la realidad. Esperemos si en verdad "despertó la fuerza" o sigue embolatada en el escritorio de Florentino. Cita:
EL MADRID DESTROZA AL MALMOE CON PÓKER DE CRISTIANO Y HAT-TRICK DE BENZEMA. BUEN JUEGO Y BUENAS SENSACIONES PARA TOMAR AIRE.
El despertar de la fuerza
El Real Madrid abusó de un inocentón Malmoe en un partido que nació sin importancia y que murió como punto de inflexión para el devenir del equipo blanco. Póker de Cristiano y hat-trick de Benzema, más un tanto de Kovacic para firmar una gran obra coral e igualar la mayor goleada de todos los tiempos en Champions.
RUBÉN JIMÉNEZ 08/12/2015 - 22:32.
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En realidad valdrían muchos títulos de Star Wars, no sólo el que encabeza la crónica. El Malmoe fue 'La amenaza fantasma', el Madrid encuentra 'Una nueva esperanza', con lo que 'El Imperio contraataca' gracias a 'El retorno del Jedi' Cristiano, que destrozó al pobre Wiland con cuatro goles. Y después de este momento friki, vamos al partido.
Al Madrid se le pidió aquello que Unamuno negó al fascismo en España, vencer y convencer. Y lo consiguió. Cierto es que el rival ayudó, pero el equipo de Benítez rubricó una gran actuación coral, de consenso, aunque apoyada en el bipartidismo. Vamos, en Cristiano y Benzema. El mensaje de Benítez caló y el equipo jugó bien y goleó. Vaya si lo hizo.
El 8-0 iguala la mayor goleada de la historia de la Champions... que también estaba en posesión de Benítez, con su Liverpool. El técnico lleva diciendo desde el día 1 d.C (después del Clásico) que aquello fue una sola derrota y que los suyos llevan cosechando resultados positivos desde entonces, esperpento en Cádiz aparte. Y la verdad es que lleva razón. De una forma o de otra, con más brillantez u opacidad, no se le puede negar al entrenador blanco que el Madrid ha ido reaccionando desde aquel varapalo, que sigue vivo en Liga y que se mete en octavos de Champions, competición que hasta los espermatozoides que esperan congelados en un tubo saben que los de Chamartín compiten.
El abrelatas Benzema volvió a hacer los dos primeros, los dos tras sendas jugadas por banda de Cristiano. En el primero por la izquierda y en el segundo por la derecha, con dos centros que remató al primer toque Karim a la red. Tan aplicados estaban que el francés prosiguió con su mutación en '9' puro y el portugués recordó épocas pasadas como extremo. Y antes del descanso tuvo Ronaldo su premio, con un gol de falta de los que tanto busca y ansía.
3-0 y a la caseta... con el Getafe en mente. No hubo siesta, no. Cuando una madre echa una bronca, pones la mesa sin rechistar. Y el Madrid hasta fregó los platos después. Debió haber inyección de cafeína, porque los blancos salieron del túnel de vestuarios como un adolescente en celo, buscando meter y meter. Y metieron. Cristiano cerró su póker en un cuarto de hora, con la colaboración del meta Wiland, que salió sin su casco en la segunda parte, pero no le sirvió la excusa, no le podía echar la culpa al protector.
Es una lástima que, con lo bonito que es el Retiro para dar paseos, al Malmoe le diera por hacerlo en el Bernabéu. Si se puede resumir su partido con un icono, sería el del monito con las manos en los ojos, porque madre mía. Hubo ratos en la segunda mitad en la que parecían jugadores de futbolín y los blancos penetraban en su defensa con una facilidad pasmosa. Antes del octavo, el hat-trick de un Benzema que se ha empeñado en recuperar la sonrisa a base de fútbol y que se blanquea los dientes con cada gol, llegó el séptimo de Kovacic, un premio a un partidazo del croata y un reconocimiento a los actores secundarios. Para que los artistas se luzcan pintando frescos en bóvedas, alguien tiene que montarles los andamios.
Isco, James, Pepe, Danilo... Nombres ocultos de una victoria que se recordará por el marcador y que Benítez agradecerá por el entramado y el mono de trabajo. El Madrid cocinó rico y además lo emplató bonito. Bien sabe el Madrid que de nada sirve sacar un 10 en un parcial si en el examen decisivo suspendes. Y los blancos vienen de sacar una muy deficiente en su último gran compromiso. El Villarreal espera a la vuelta de la esquina mientras el madridismo, con el entrenador a la cabeza, espera que el 8-0 no sea un espejismo, que sea un punto de inflexión. Que el "qué bien lo pasamos aquella noche" alumbre a unos jugadores a tope de midiclorianos y que lo vivido en el Bernabéu sea de verdad 'El despertar de la fuerza'.
| Fuente: Marca |
