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Como europeos, pero en Suramérica
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Este es de los casos que no encuentran explicación lógica. Un talentoso jugador se marcha a Europa a un gran club en un momento ideal para acabarse de formar. Pero jamás pudo pasar de ser un buen jugador, a veces con intermitencias producto de las lesiones.
Viene entonces la inevitable controversia sobre si es mejor acabarse de formar en el fútbol local o regional antes de dar el salto a Europa. Dos ejemplos muy nuestros dan fe de ello. James y Falcao García se formaron en buena parte en el fútbol argentino y luego llegaron a Europa a un club mediano en una liga mediana que les permitió terminar de madurarse.
Falcao hoy brilla en el mundo, tanto que ha sido elegido por la FIFA como uno de los tres mejores delanteros del planeta y James, en el Porto, cada día se pule más hasta el extremo de que, apenas con 21 años, grandes clubes de Europa andan tras de él.
Pato regresa a su país a relanzar su carrera y seguramente brillará no sólo en la región sino en el Mundial que se hará en su país. La ventaja que tiene son sus apenas 23 años, tiempo ideal para forjarse nuevas metas, quedando su paso por Italia como un peldaño para alcanzar la plena madurez.
Cita:
Como europeos, pero en Suramérica
Por: JORGE BARRAZA | 7:00 p.m. | 06 de Enero del 2013
Jorge Barraza
La nueva realidad de los clubes brasileños es que están económicamente muy próximos a los europeos, pero actúan en Suramérica.
Alexandre Pato se despidió emotivamente de sus compañeros del Milan. Vuelve a Brasil. Pocas veces un club pone tan bien el ojo en la potencialidad de un jugador como en este caso el cuadro italiano con el joven centrodelantero. Fichó a una verdadera promesa de crack, de número uno. Y no reparó en números: a comienzos del 2007 puso sobre la mesa 22 millones de euros por un chico de 17 años, la suma más alta jamás pagada por un futbolista menor de edad. Incluso debió esperar seis meses para poder hacerlo debutar oficialmente, dado que al no tener los 18, lo impedía el reglamento de la Fifa, que indica que los menores de esa edad "no son pasibles de transferencia".
Pero si le hubiesen consultado a este cronista, hubiese recomendado pagar los 22. Y 40 también. Lo vimos 9 partidos en vivo durante el Suramericano Sub-20 del 2007. Una clase magistral, técnica notable, velocidad, 1,83 de estatura, tremendo remate de derecha, fortaleza física y anímica. Fenomenal. Además, venía de ser campeón del Mundo con el Inter de Porto Alegre a finales del 2006.
Sin embargo, se le pasaron 6 años en Italia y nunca logró alcanzar la dimensión de astro que sus cualidades parecían reservarle. Nadie se atrevería a discutir sus condiciones, a los 23 años las mantiene intactas, simplemente no dio el gran salto. Él sabrá las razones de por qué no eclosionó. Terminó siendo lo que en el mundo se denomina "un Robinho II". Es decir, un gran talento desperdiciado.
Seis años después de esperarlo en vano, el Milan logra rescatar 15 millones de euros al traspasarlo al Corinthians. Y aquí la otra noticia: el actual campeón de América, no feliz con su potencial, se hizo con los servicios del magnífico atacante peruano Paolo Guerrero. Y con él fue campeón del mundo. Y aún no satisfecho, ahora abrochó a Pato. Refuerzos dignos del Chelsea, el Barcelona, el Bayern Munich o cualquiera de las grandes sociedades europeas.
Es la nueva realidad de los clubes brasileños, que están económicamente muy próximos a los europeos, pero actúan en Suramérica. El poderío de la economía brasileña, un dólar bajísimo (no alcanza a 2 reales), y un mercado interno enorme que potencia el 'marketing' y los contratos publicitarios, posibilitan esta nueva realidad continental. Que presenta un escenario diferente para nuestras competencias.
Sería casi un milagro futbolístico que un equipo no brasileño (y un brasileño también) pudiera quitarle la Copa a Corinthians. No hay cómo. Es una máquina aceitadísima y además les está dando un toque de jerarquía a sus partes sensibles (los dos puestos del ataque).
A nivel de clubes, si la chequera es bien utilizada, resulta definitoria. Genera una desproporción de fuerzas abismal. Un ejemplo simple: con lo que Corinthians paga por Pato, un club de Bolivia, Perú o Venezuela vive diez o doce años. Otro: Nacional de Montevideo está haciendo esfuerzos por repatriar al Loco Sebastián Abreu, quien debutó en la Copa hace 17 años y ya ha tenido 26 pasos por distintos clubes. Es lo que sus finanzas le pueden permitir. Uno va por Pato a los 23 años, el otro por Abreu al borde de 37. Luego, en el césped, esas diferencias se notan. "Nuestro sueño y el de todos los hinchas de Nacional es volver a ganar la Copa, pero somos conscientes de que cada vez es más difícil", dice Alejandro Balbi, directivo del club uruguayo.
A su vez, el futbolista también se va acostumbrando a la idea. El capitán nacionalófilo, Alejandro Lembo, también sueña con alcanzar la cuarta corona para el club, pero es realista: "Para poder salir campeones, hoy, la Copa nos tiene que agarrar en un gran momento del equipo, que en los cruces te toquen los rivales más accesibles y tener la suerte del campeón, todo junto".
Boca Juniors, acaso el club más poderoso de todos los no brasileños, ha logrado convencer a Carlos Bianchi de volver a calzarse el buzo de DT. Pero a la fecha no ha podido cerrar ninguna incorporación.
En la cancha son once contra once, pero de un lado hay once buenos y del otro once "normales". Algo parecido a lo que sucede desde hace años en España: las diferencias entre Barcelona-Real Madrid y el resto en poderío económico son abismales, por ello las últimas nueve ligas han sido un mano a mano entre los dos colosos. Los demás, miran y aplauden.
Se ha abierto una brecha profunda. La única forma de cerrarla es mentalizándose, a base de coraje, de dar el 110% en cada choque, poniendo inteligencia, mística y corazón. Jugar el partido de su vida y tomarlos distendidos.
Y como si todo esto fuera poco, en el primer semestre del año en Brasil están alivianados: juegan los torneos estaduales, menos importantes. Entonces se dedican de lleno a la Libertadores. El Brasileirão va en la segunda mitad del año. En los 9 países restantes desde febrero se lucha por el campeonato. Y no se lo puede descuidar.
"Además de lo buenos que son, tienen toda la plata", sonríe Balbi, medio resignado ya al papel de competidor más que de animador. En todo caso, ese será el desafío de todos de ahora en adelante: dejar el alma y ganar la Libertadores. Quien lo logre podrá escribir un libro: "Cómo vencer a los brasileños y conquistar la Copa". Sería un 'best-seller'.
depende mucho de las circustancias en que lleguen, del técnico, del país, del entorno, de la familia, del manager, en fin.....
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“That’s the problem with drinking, I thought, as I poured myself a drink. If something bad happens you drink in an attempt to forget; if something good happens you drink in order to celebrate; and if nothing happens you drink to make something happen.”
muy bueno su analisis viejo hera y excelente la columna del señor Barraza, en estos momentos el nivel del futbol brasilero esta muy por encima de la media del continente, nada mas el año pasado se llevaron los dos torneos importantes de la conmebol con mundial de clubes incluido y de las ultimas 8 libertadores se han llevado 5, las ultimas 3 de forma consecutiva