Sexo con travesti

Con todos los respetos, creo que en este foro no existe ningún experto en sexología o en cómo funciona el cerebro de los seres humanos. Creo que cada ser humano (indistintamente de si eres hombre o mujer) tiene un lado primitivo que nuestra parte racional (fruto de nuestra educación tan consevadora; en la época de los romanos y griegos era otra historia).
Así que no creo que sólo pueda dividirse nuestra sexualidad en homosexuales, bisexuales y heterosexuales. Creo que la mente humana es más amplia que esa simple división.
Y sí, disfruté mucho de esa experiencia y de otras que si quiere le cuento

Simplemente digo que el ser humano es capaz de disfrutar del sexo de diferentes formas. Si una chica se besa con otra o simplemente prueba con otra no se la considera lesbiana. En cambio si un tio se lo monta con otro se duda de su masculinidad. Y creo que es producto de nuestra educación. En la época de los griegos y los romanos esto era habitual y "normal". Practicar sexo con personas de tu mismo sexo creo que debería ser considerado normal. Un hombre no deja de ser un hombre por foyar con otro, ni objetivamente ni subjetivamente. Nuestros órganos sexuales están preparados para ello, nuestra mente (educación) no!
El sexo es sexo, y existen muchísimas variantes

Uno de los polvos más calientes con el negro fue una noche de carnaval. Yo andaba vestido de vaquera (con minifalda) en plan putita. Mi novia no había querido salir porque hacía mucho frío. Razón no le faltaba.
En medio de la noche nos encontramos en medio de los chiringuitos. Al principio se cachondeó al verme, pero con el paso del tiempo y aumento de la borrachera se comenzó a excitar. Entre la multitud y con disimulo me tocaba el culo y yo a él su poya. Cuando estaba superempalmado y cachondo me dijo de ir para la casa. Yo accedí claro.
Estábamos bebidos pero aún así sabíamos lo que queríamos que pasara y estábamos lo suficientemente calientes como para ello.
Tras introducirnos en su piso y cerrar la puerta de la entrada principal se sacó su negra polla medio erecta y me pidió que fuese su putita, que se la chupara, que se la pusiera bien dura para romperme el culo. Que me hablara así me excitaba.
Se la chupé un buen rato, se le puso superdura. Mientras se la chupaba me decía, "así, cómo te gusta chuparla, eh?, Mira que te gusta la poya del negro", y yo asentía mientras tenía su poya negra en mi boca. Tan caliente estaba que se corrió el jodío. La mitad de su semen cayó dentro de mi boca, la otra mitad se escurrió por mi barbilla.
No satisfecho cuando regresó del baño con un bote de crema hidratante, se untó un poco en el cabezote mientras me decía que me desnudara y que me pusiera a 4 patas en el sofá. Mientras lo hacía cogí un poco de crema y me la di por el culo. En seguida se acercó por detrás y me la clavó. Estábamos supercalientes. No sé ni el tiempo que estuvo penetrándome, sólo sé que fue más de una hora. Esta vez no se corrió, nos quedamos dormidos. Simplemente sé, que cuando me desperté boca abajo, el negro estaba encima mío foyándome hasta que se corrió sobre mi culo

Tras la experiencia de los carnavales y visto el efecto que causó mi travestismo en mi vecino negro decidí enfocar nuestros encuentros en ese camino. Una tarde desde que lo oí llegar de trabajar me conecté al messenger para ver si se conectaba y calentarlo un poco.
A los 15 ó 20 minutos se conectó y enseguida le mandé un privado para saludarlo. Me correspondió cordialmente y me preguntó por como tenía el culo. Le contesté que con ganas de poya negra al igual que mi boca. Me respondió con un jeje. Le pregunté si le gustaría que le hiciese una visita con sorpresa. Me preguntó acerca de la sorpresa, y le dije que iría a verlo con unas braguitas supersexys de mi novia. Me preguntó si hablaba en serio y le dije que por supuesto. Aceptó
Fui a su casa, se sentó en el sofá y me pidió que le enseñara su sorpresa. Comencé a desvestirme hasta quedarme sólo con las braguitas (que de verdad a mí me parecen supersexys). Se quedó mirándome, se le notaba que le gustaba la sorpresa. Me pidió que me acercara. Lo hice y comenzó a olerme. Bueno a olerme por la zona de las braguitas, metía los dedos para acercarsela a su nariz, suspiraba. Las lamió un buen rato. Imaginaos mi polla! Estaba a reventar y más sentiendo su lengua tras las braguitas. Se desnudó mientras seguía oliendo. Al rato me quitó las braguitas y me pidió que se la chupara. Como me encantaba chupar esa polla negra. Se la chupé hasta que me pidió que me sentara sobre su poya. Me foyó gimiendo como nunca. Yo gemía tanto o más. Me encantaba sentarme sobre su poya mientras él empujaba con fuerza agarrándome fuerte el culo.
Le pedí ponerme boca abajo y que me foyara así. Me complació, se corrió chingándome todo. Me pidió quedarse con las braguitas, pero le dije que no podía ser, que ya lo visitaría en alguna otra ocasión con otras puestas.

Me gustaba ir a pescar a una cala preciosa de difícil acceso. Un día que estaba pescando apareció un chico con toda la pinta de querer pasar el día tomando el sol. Al llegar me saludó con un tímido hola, se quedó en bañador y se tumbó sobre su toalla. En una de las veces que se tiró al agua me comentó si picaban mucho, le contesté que más o menos. Era joven, veintipocos años, rubio, ojos claros, buen cuerpo. En una de esas me comenta que suele tomar el sol en bolas, que por eso acude a ese sitio, que si a mi me molestaría, le contesté que para nada.
Entró y salió del agua varias veces, así que pude ver su gorda poya. Notó como le miraba, y eso le satisfacía.
A las dos horas recogí los enseres de pesca y me quedé en bañador y decidí darme un chapuzón. Él miraba cómo hacía esto. Dentro del agua en plan picaro me quité el bañador y lo lancé a las rocas. El chaval entendió el mensaje y se tiró al agua, se acercó mirándome donde yo estaba y comenzamos a tocarnos. Me dijo que fuera estaríamos mejor. Salimos y con los cuerpos aún húmedos comenzamos a chuparnos las poyas. Tenía una poya gordísima, que le chupaba incansablemente. El muchacho también era un experto en el arte de chupar. Le pregunté si quería que me lo cogiera y él me comentó que prefiera foyarme él a mí. Con un poco de paciencia (por lo gorda de su poya) para que entrara, logró foyarme intensamente. Probamos varias posturas, aunque casi siempre a 4 patas, hasta que se corrió sobre mi culo. Una gozada

Quisiera contaros una de lesbianas. Tengo una amiga con la que compartí durante unos años mi tiempo. Fue tras morir su novio. Esta chica, la verdad, tardó en superar tan trágica pérdida.
Llegamos a tener mucha complicidad. Llegué a pensar que acabaríamos enrrollándonos y creo que ella también. Os la describo: morena, pechos enormes y hermosos (al menos eso tras la ropa) y de una estatuta 1,65 aproximadamente. De complexión normal, y atractiva.
En fin, ya os digo que llegamos a dormir juntos sin que pasara nada, teníamos mucha confianza. Creo que no pasó nada porque ninguno se atrevió a dar el paso.
Salíamos de marcha siempre. En ocasiones coincidíamos con un grupo de chicas, una de ellas era supersimpática, sobre todo con mi amiga. Yo le decía, me da que ésta quiere algo contigo. Nos reíamos de la situación. Al grano, en un verano, en una fiesta en un apartamento que alquilamos en la playa por una verbena, apareció esta chica. La fiesta duró hasta casi el amanecer. Esta chica no sé por qué extraña casualidad se quedó sola, el grupo con el que estaba se fue. Dijo que a ver cómo iba ahora para su casa. Le dijimos que se quedara a dormir, que por la tarde la llevábamos.
Mi amiga fue para una habitacion, la nueva para la otra y yo me ofrecí a quedarme en el salón. No recuerdo cuándo, sólo recuerdo oír gemidos. Comencé a prestar atención, y sí eran gemidos dentro del apartamento, de foyar. No pude reprimir mi curiosidad y de puntillas me acerqué. No pude ver nada porque la habitación de mi amiga estaba cerrada. Sólo las oí foyar. Qué morbazo! Las oí acabar y me fui de nuevo para el salón.
Por la tarde cuando la llevamos para su casa se hicieron las locas. Creo que mi amiga sabe que las oí. Yo guardé silencio, pasé de incomodarla o interrogarla. Nunca hablamos de ello.

Puede ser! No me preocupa, simplemente me dejo llevar. Y sí, disfruté con un negro, al igual que he disfrutado con otros chicos.

Yo admito, que hay unas que si me mueven el piso, y disfruto mucho el verlas y apreciar su belleza. Pero el hecho de acostarme con una es algo que he meditado mucho, y en realidad dudo que llegue a pasar...

Pues piensa que si lo has meditado, o te pone pensarlo, es que te apetece. Sólo si pruebas sabrás que es lo que hay. Olvídate de la sociedad. El sexo no es lo que te cuentan, es lo que tú quieras experimentar.

Estás preparado para disfrutar. Da igual una chica o un chico, créeme. Seguramente te gusten las chicas igual que a mí. Me vuelven loco. Pero también he probado con chicos aunque no me molen tanto y me lo he pasado de vicio. Me encanta comerme un coño, pero he comido poyas y me lo he pasado, uff

El tema es interesante, por lo prohibido. Muchos heteros disfrutan viendo travestis y gozan con escenas lésbicas, pero no pasan de ahí, porque se lo impide su machismo. La frase, “me gustan, pero jamás lo haría con una de ellas” se repite con frecuencia, así como el intolerante, que los rechaza como una monstruosidad.

Pero como dice Canario, es una cuestión netamente cultural, cambiante como la sociedad misma. Hasta hace unos años, era impensable el matrimonio gay. Hoy, se abre camino, lo mismo que el respeto a la diversidad sexual, que tiene incluso el respaldo de la ONU, pese a la oposición de los árabes, que lo consideran como una aberración, castigada con la pena de muerte.

Por fortuna, la sexualidad ya se considera como una cuestión privada. Cada quien es libre de practicar la sexualidad que a bien tenga, siempre que no afecte los derechos de los demás. Por eso, a diferencia del pasado, ya el homosexualismo no se le considera como una enfermedad, sino como una forma de expresar su sexualidad como cualquier otra.

Homosexual, bisexual, heterosexual, son simples etiquetas que tratan de encasillar a una persona si se sale de lo “normal”. A mi, personalmente, me gustan las mujeres y a través de los años he aprendido que hacer el amor es un arte. Pero también gozo con ese llamado tercer sexo, esos shemales fantásticos, que pueden ser tan dulces y sensuales como una mujer, y tan ardientes como un hombre.

¿Qué soy? Simplemente un hombre que goza de su sexualidad, con una mente abierta que me salva de cuestionamientos religiosos, estigmas morales o etiquetamientos culturales. No me he preguntado, ni me interesa saber si por eso soy hetero, bisex, u homosexual. Disfruto, nada más, de la belleza y la pasión de estos dos mundos y en ellos, para mi fortuna, he encontrado gente estupenda, sin faltar, claro, el lado oscuro.

Felicito a Canario28 que se la gozó con su vecino, sin preguntarse si eso estaba bien o mal, o si necesitaba el permiso de la sociedad. Simplemente lo hizo y a prendió que hay otras maneras de disfrutar la sexualidad, claro sin que esto implique dañar a otros, como el caso de la pedofilia. Igual lo seguiré haciendo yo y muchos de los visitantes de estos sitios, así permanezcan en el anonimato.