Todos estos puntos comunes entre estas dos crisis económicas se pueden resumir en la utilización de un mismo sistema Neoliberal, basado en la especulación y en una ausencia por parte del estado para regular este riesgoso sistema financiero, en el cuál día a día se apuesta con el dinero y el futuro de millones de habitantes. Curiosamente, es sólo en períodos de crisis que los líderes mundiales empiezan a cuestionarse e intentar reformar este sistema financiero. La pregunta que a todos nos queda es, ¿cuando los dirigentes y grandes actores económicos se decidiran de una vez por todas a reformar o mejor dicho cambiar este sistema financiero, que está claramente destinado a llevarnos a nuevos períodos de crisis? Finalmente, sí al menos este sistema financiero estuviera regulado, nos hubieramos podido ahorrar la caída de estas dos "pirámides", una a escala nacional, la otra a una escala mucho más grande. Y de las cuáles aún no se sabe cuales serán sus verdaderas proporciones. |