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A pocos días de cumplirse tres años del trágico accidente cerebrovascular que que sufrió Gustavo Cerati en pleno escenario, se han conocido nuevos detalles de las rutinas diarias del artista, hechas con la esperanza de que en algún momento el intérprete reaccione.

En la clínica donde se encuentra, el cantante no está todo el día en la cama, sino que es vestido, afeitado y sentado en un sillón, donde pasa al menos una hora cada jornada, de acuerdo a informaciones publicadas en el periódico argentino Perfil.

Esta dinámica se repite todos los días a las 9 de la mañana, cuando las enfermeras llegan hasta la resguardada habitación del músico a la que sólo pueden ingresar sus familiares directos con huella digital. Allí le realizan distintos ejercicios de estimulación y la operación es repetida en la tarde, prolongándose hasta las 20:00 horas. Ocasionalmente lo afeitan y cada tanto lo visita Óscar Fernández, su peluquero y amigo personal, para cortarle el cabello.

La madre y las dos hermanas de Cerati son quienes deciden quién puede visitar al artista. Ellas y el resto de la familia son las que mantienen viva la ilusión de ver al autor de piezas como “Me quedo aquí” abrir los ojos otro vez.

“Los médicos son los que ven el monitor, pero nosotros somos los que estamos y lo vemos todo el tiempo“, comentó a Perfil una de las tías de Cerati. Ese mismo círculo es el que lo incentiva a dar respuestas, y aseguran que Gustavo cumple: Por ejemplo, dicen que muchas veces cuando su madre llega, él mueve la cabeza en dirección a la entrada. O que traga saliva cuando alguien se lo pide”

“Incluso, dicen que una vez le pusieron un casete con la voz de su padre, que era locutor, y se produjo la mayor respuesta: Le subieron de golpe las pulsaciones, tanto que hubo que descartar la estrategia. “Escucha, lo que no sabemos bien es cómo lo procesa”, dicen.