Y desde el día siguiente de su lanzamiento hasta los instantes en que escribo todo esto hoy domingo, Merlina ocupa el primer lugar de las series más vistas en Colombia en la plataforma de streaming de la gran N roja, algo que acepto que me parece bien. Confieso además que cuando tenía yo vista casi la mitad de la producción y a la vez notaba que la misma no se asomaba en el ranking de las 10 más populares, negros nubarrones se cernían sobre mis pensamientos acerca de su popularidad entre nuestro público.

‘A estas gentes les gusta otra cosa’; ‘¿Qué van a estar viendo esto de una familia ficticia que parece interesarle solo a un puñado?’ y así más reflexiones sueltas por el estilo. Sin embargo, tan solo era cosa de esperar al jueves para que Merlina dijera presente dentro del top ten y no en una honorable ubicación: simplemente en la más alta. Y no la suelta desde entonces, hasta que llegue alguna serie o novela nueva o alguna de las ya estrenadas antes de ella que la desbanque de su pedestal.

El motivo principal de mi entusiasmo hacia el presunto éxito que está alcanzando Merlina es por su elenco básico que desde el principio consideré acertadísimo, y la decisión de casting que más me ha resultado grata es la de la bellísima galesa Catherine Zeta-Jones en el papel de Morticia Addams (Morticia Frump de soltera), la madre de Wednesday.

Más hermosa y provocadora no puede verse Catherine en ese oscuro y ajustado atuendo característico de su rol unido a su espléndida cabellera negra, aquel rostro de belleza clásica matizado con tonos azabaches, la manera en que contonea su figura mezclando glamour y sensualidad en un balance formidable más ese acento con tintes anglosajones tan exquisito a mis oídos.

Si hay una segunda temporada de Merlina, espero devotamente que la intérprete británica ex esposa de Michael Douglas adquiera un rol más preponderante que se lo merece a todas leguas.

El portorriqueño Luis Guzmán (y yo convencido de que era mexicano hasta que Google me lo aclaró) está sencillamente inmejorable como Gomez (así, sin tilde), el esposo de Morticia, conformando un contraste que me parece súper adecuado para mostrarnos a los progenitores de Wednesday como nunca antes bajo mi humilde opinión.

En otras palabras, aseguro que esta ha sido la mejor pareja fundacional de los Addams con el mayor de los respetos que me merecen el fallecido Raúl Juliá, borincano como Luis Guzmán, y la gringa Anjelica Huston quienes fueron los escogidos para las películas de inicios de los noventas.

¿Qué tal creo que lo ha solventado Jenna Ortega, estadounidense de ascendencia mexicana, como la protagonista? Bien y no he pensado en cuál otra actriz lo hubiese hecho mejor, no porque me convenza Ortega como la elección idónea sino porque opino que hace su trabajo con una precisión tal que no la convierten ni en sobreactuada ni en simplona.

Hay que tener en cuenta y esto puede ser un spoiler, disculpen, que la trama de la serie influyó en la elección de Jenna como actriz teniendo en cuenta su herencia azteca, no digo más al respecto.

La presencia de las actrices Gwendoline Christie y finalmente la de Christina Ricci, otrora Wednesday en los largometrajes noventeros de los Addams y una de las protagonistas junto a Margot Robbie de la primera serie que me vi completa en Netflix como ‘Panam’, completan el casting principal que lleva con suficiente criterio el peso de la sinopsis al mismo tiempo que saben alegrarme la vista.

Aplaudo contento esta buena historia concebida por el cineasta Tim Burton, el cual como he leído en otra reseña acerca de la serie seguramente no se ubica dentro de sus realizaciones más notables y, aun así, creo que es de destacar que se haya arriesgado a salir un poco de algunos de sus moldes más reconocibles para adentrarse en una propuesta que intenta conectar con el tema de la inclusión sin hacerla parecer metida con calzador…