DeNunCianDo - Exitando a otro hombre

Decidí convencer a mi esposa para una experiencia diferente, aclaro, diferente en mi vida, todo consistía en salir de rumba con ella y acompañado de un amigo que previamente conocimos en una disco tk, le pedí que por favor complaciera una fantasía y era verla a ella coquetearle y hacerlo excitar durante la noche para finalmente terminar si ella quería teniendo sexo con él mientras yo miraba, esto le pareció bastante extraño pero después de muchos días al fin lo logre.Mi esposa es delgada, atléticamente estilizada, de cabello rubio y no muy alta, de 1.63, muy aseada, rasurada completamente y de verdad muy apasionada, de 34 años pero sin experiencia en estos campos, salimos a recoger a nuestro amigo y ya en el auto, yo empecé a conversar en temas que llevaran a romper el hielo para mis objetivos, ella llevaba puesto una minifalda de jean y una blusa de esas que son escotadas y no dejan llevar brasiere, ya en la disco, nos sentamos en una mesa alejada de las luces y la gente, curiosamente, nos atendió una mesera muy bonita esa noche la cual me ayudo a calentar un poco a mi amigo, entre trago y trago, le dije al oído a mi esposa que le pusiera la mano a el en la pierna y que le sobara un poco más arriba como insinuándosele, ella empezó a disfrutar de lo que yo quería y aprovecho para decirle a nuestro invitado lo que teníamos en mente, el sorprendido aceptó y claro, sin ningún reparo pidió otra botella de licor sin haberse acabado la que teníamos, mientras las canciones sonaban, mi esposa le acariciaba su pene por encima del pantalón y a veces hasta se lo apretaba, me miraba constantemente y no soltaba aquel paquete, ella le decía a el que le dijera cuanto le media el pene, que si lo tenía grueso, que como le gustaba hacerlo, en fin, sus preguntas calentaban el ambiente mas y mas, el ni corto ni perezoso, empezó a tocarle las piernas y de un momento para otro tenia a mi esposa sentada solo en pantys y con la falda remangada en la cintura, ella le decía a el que estaba muy mojada y que si estaba sintiendo su humedad, él le contesto que sí, que el también estaba súper caliente y que si quería que lo comprobara, ella metió su mano dentro de su pantalón y empezó a masturbarlo muy suavemente e incómodamente entre sus bóxer, sacaba la mano a veces y se lamia los dedos, mientras todo esto pasaba, yo miraba y escuchaba muy excitado, no quería participar, solamente observar y deleitarme con ese cuadro.
Bailando un regeton, ella empezó a restregarle su hermoso culo a nuestro amigo, se lo hizo parar nuevamente en la pista y eso fue evidente, ella lo estaba disfrutando, me miraba y bajaba su mirada a el bulto de el cómo diciéndome “esto es lo que quieres ver”, así paso la noche, entre masturbaciones mutuas entre ellos y hasta besos apasionados, comentarios que cada vez se hacían más eróticos, ella le decía que quería ver ese pene así erecto en su boca, que si quería una paja rusa, él le preguntaba a ella que si con esos hermosos pies le podía hacer una paja en la mesa y ella le decía que esperara, que todo a su tiempo.
Cuando la rumba se acabo, salimos a nuestro vehículo y de inmediato los senté a los dos atrás, ella se recostó contra él y le sobaba nuevamente su bulto, él le metía los dedos en su vagina ya muy mojada según decían, ella se abrió de piernas para mostrarle a él toda la inmensidad de su belleza y él le besaba los pies de una forma muy impresionante, ella hacía gestos, decía cosas impactantes mientras se retorcía solo con los besos de él, llegamos al apto y colocamos música muy suave, nos servimos mas licor en tanto ella se quitaba las sandalias y en cada movimiento mostraba sus delicados pantis, se sentó frente a el y subió sus pies en la silla quedando con las rodillas abiertas y la vista de frente de su vagina mojadita para él, seguimos conversando y de un momento a otro ella con los pies empezó a acariciarle su pene nuevamente por encima del pantalón, y le dijo “déjame ver ese pene ya, quiero verlo, quiero masturbarlo, no te preocupes, yo no muerdo”, el sin temor ni pena, se bajo el pantalón y los bóxer, salió se pene como desesperado, era grande y grueso, muy lubricado se veía, ella lo tomo con sus pies y se lo acariciaba suavemente con las palmas , se untaba su lubricante por los dedos y se los ponía en la boca, le encantaba que besaran sus pies, yo miraba aterrado esta escena, mi esposa estaba masturbando a otro hombre con los pies delante mío, que delicia, ella lo dejo muy erecto y le acabo de quitar el pantalón y los bóxer que estaban en las rodillas de el, y le pidió algo muy extraño para el momento… le dijo, por favor mastúrbate para mí un rato mientras yo lo hago para ti, y así fue, ella se bajo las tangas y se subió la falda, abrió sus piernas no sin antes darle un besito en la cabeza del pene de él y volvió a sentarse, frente a él se masturbo por mas o menos cinco minutos mientras veía con lujuria como él la miraba y también se masturbaba, yo ya tenía mi pene afuera y me lo tocaba desesperadamente, entre esos momentos ella se paro y le tomo de la mano para levantarlo, se puso de espaldas a él y ambos totalmente desnudos de la cintura para abajo empezaron a bailar eróticamente, ella le tomaba las guevas y se las apretaba, él le sobaba los senos por debajo del escote, ella le presionaba su cola contra su pene y dejaba caer su cabeza hacia atrás, rozando los labios con los de él, finalmente se terminaron de desvestir y se sentaron de nuevo, mientras hablábamos ella seguía masturbándolo y jugaba con su lubricante, pasaba sus dedos por su glande y untaba el resto con los jugos de el, el por su parte disfrutaba de este momento sin hacer mayor cosa, yo me estaba masturbando también mientras hablábamos y veía esto, ella se agacho quedando su pene contra su boca y se lo mamaba mientras me miraba, lamia todo el tallo mirándome como en una película porno, lamia las bolas, lamia el glande, lo pajeaba y se lo chupaba, él quería corresponderle y se volteo de forma de un 69 para también lamerle la vagina, era increíble como estaba disfrutando ella, su boca no quería dejar que ese pene saliera, hasta que ya no aguantaron mas y ella se le sentó encima, lo cabalgo por un buen rato, casi no hablaba pero si gemía mucho, el la penetraba sin descanso, ella me miraba y me decía “dale amor, hazte la paja, sóbatela que me excita verte también hacerte eso”, “no pares, mira como me está clavando, la tiene rica, dale amor, no pares”, yo parecía un desesperado haciéndome la paja mientras ella era penetrada por ese personaje afortunado. Cambiaron de posiciones muchas veces y el finalmente saco su pene y le echo todo el semen en su cara, ella se lo restregó en toda su cara y se lamia los labios, se vino muchas veces y yo también lo hice, chorros interminables y espesos que solo producen un enorme placer excitante.
Sinceramente, me encanta este mundo, y ella lo recuerda con placer, una y otra vez la trataré de convencer de emociones extremas para nuestro lujurioso pensamiento.