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zabimaru 11-02-2021 11:12:15

FIn de semana en pareja doble
 
Llevaba 4 años con mi hermosa novia Mariana, y ambos teníamos 22 años. Todo era maravilloso, nos amábamos más que nunca, el sexo era muy frecuente, y en la intimidad éramos apasionados y sucios, mientras que en público los más amorosos, melosos y cursis, pero también reíamos mucho, la química era increíble y los demás reían por los comentarios algo crueles pero graciosos que nos hacíamos constantemente como si fuéramos amigos crueles, y no una pareja súper formal o aburrida, algunos incluso dirían que nos faltábamos al respeto, pero bueno, cada quien lo suyo.

Ella era tal vez demasiado para mí, los comentarios al respecto eran constantes por parte de mis amigos, a veces en tono de burla, a veces un poco más hirientes de lo que me hubiera gustado, “¿cómo es que una viejota así, te pela a ti? Jajaja”. Ella mide 165 cm, es blanca como la leche, algunos la llamarían pálida incluso, tiene el pelo negro como el infinito del vacío. Sus tetas tal vez un poco pequeñas, 30B, pero muy lindas redondas y firmes llenan perfectamente mi mano y sus pequeños y lindos pezones café claros, cerraban el trato. Ella tenía su cintura bien definida, no hacía ejercicio, así que no tenía líneas o “rayas” en el abdomen ni cerca de la zona, pero nadie se atrevería a decir que ella tenía ni un kilo extra.

Sin embargo, el premio estaba en su zona sur, tenía las piernas bien rellenas y perfectamente definidas, unas preciosas y deliciosas piernas gordas con forma muy agradable, pero sobretodo su asombroso culo era simplemente su mejor cualidad física, perdón por la superficialidad, pero es así jaja. Enorme, redondo, firme y precioso. Constantemente las chicas que conocía le preguntaban por la dieta o sus rutinas de ejercicio, “sus secretos” y ella orgullosamente le encantaba decir que no había pasado un gimnasio en su vida y apenas cuidaba lo que comía, tenía una genética bendita en su culo.

Si la veías de perfil, la exagerada curva firme y levantada de sus hermosas nalgas te sorprendería gratamente en unos buenos jean ajustados. Perdón por hablar tanto de su culo, pero en serio era un culo que lucía increíble tanto en jean ajustados, así como en una falda de tablones floja, la curva de sus preciosas nalgas levantaba la falda orgullosamente.

Estábamos en la universidad con trabajos a medio tiempo. El dinero no abundaba, pero era más que suficiente para ir al cine, el bar, un motel 1 o 2 veces por semana y algunas cajetillas de cigarros.

Cuando mi adinerada amiga Nata me invitó unos días a su casa de “descanso” que estaba a 3 horas de la ciudad, hicimos cálculos Mariana y yo, y podíamos permitírnoslo, Nata insistía en que no importaba el dinero pero nosotros no queríamos que ella y su novio pagarán todo. Ella nos aceptó de mala gana una cantidad. Cómo sea, al final del día, las cuentas salían y aceptamos.

Nata me dijo que deberíamos llevar trajes de baño y ropa ligera y cómoda, en su mayoría, tenía sentido ya que era tiempo de calor, pero remarcó que estaría bien algún cambio de ropa formal para “una sorpresa” que nos tenía preparada. Ella me mostró algunas fotos de la casa durante la semana antes de ir, era una de esas casas de aspecto rústico, pero lujosas, enorme, con 6 habitaciones, balcón a la piscina, un pequeño bar junto a la enorme sala e incluso una cancha de tenis funcional, para rematar un lindo jacuzzi a lado de la piscina.

Le insistí a mi amiga en saber sobre “la sorpresa” ella no quería revelar nada pero después de varios días insistiendo Nata me dijo emocionada que había contratado un asombroso paquete para 2 parejas, para “un fin de semana romántico” con una empresa que se dedicaba a vender “experiencias”, cosas de rico supuse, insistí en que me diera el precio o me mostrará alguna clase de flier publicitario, ella insistió en qué ella invitaba. Ante mi insistencia sobre saber que era ese paquete, me dijo que por ejemplo la empresa enviarían un chef y meseros para montarnos una cena romántica, “pero no insistas wey, déjate sorprender, va estar chingón”.

A mi novia y a mi nos emocionaba vivir ese pequeño pedazo de vida de ricos, no habíamos vivido como indigentes antes de la universidad, pero algo como planear unas vacaciones requería ahorrar algunos meses, ya sabes, como para cualquier otra persona “normal”.

Quedamos de vernos en un jardín cercano a la universidad el día que partiríamos, cuando se estacionó una limosina negra e imponente básicamente frente a nosotros ni siquiera sospechamos un poco y seguíamos a lo nuestro, pero después de unos segundos Nata asomaba medio cuerpo por el quemacocos “¿van a venir o no? Jajaja” no pudimos ocultar nuestra grata sorpresa y caminamos tímidamente con nuestras maletas al lujoso vehículo.

Nata nos recibía dentro del espacioso vehículo, ventanas polarizadas, asientos de piel, luz tenue, todo daba privacidad interna y el que fuera tan espacioso y los asientos tan cómodos lo mejoraba.

Nata saludaba amablemente a mi novia Mariana, yo conocía a Nata por las clases en mi universidad hace 2 años, pero yo tomaba clases con ella no Mariana, ellas solo habían intercambiado el saludo el 90% de las veces que se habían visto y si acaso habían charlado un par de veces conmigo presente, ellas básicamente solo se conocían de vista, pero no eran amigas.

Dentro estaba también ya el novio de Nata, era mayor por algunos años a nosotros, de aspecto viril, no exactamente guapo, pero si con un rostro con rasgos fuertes, muchas mujeres dirían que era “guapo como un hombre” barba bien cerrada y abundante pero perfectamente cuidada, su camisa ajustada revelaba buenos músculos, no enormes, delgado, pero bastante fit. Yo lo había visto solo un par de veces, él no estaba en la universidad, mi novia lo veía por primera vez. Él nos saludaba amablemente y mi novia y yo tomábamos asiento.

Nata: creo que tú no conoces a mi macho jaja –le decía a mi novia jocosamente riendo un poco, apuntando a su novio

Mariana: no, de hecho, no –decía amablemente mi novia viendo al hombre

Nata: bueno, se llama Julián, cumplió 28 años el septiembre pasado, como podrás ver es súper guapo –todos reíamos– le gustan las niñas más jóvenes que el como yo –reíamos más– ammmm y es excelente en la cama –decía y todos reíamos aún más, él la abrazaba

Mariana: mucho gusto “señor excelente en la cama” –decía sarcásticamente mi novia, todos reíamos más y se saludaban de mano amablemente, el apretaba firmemente la mano de mi novia, Nata me veía esperando algo, yo me encogí de hombros

Yo: ¿qué? –dije y ella reía

Nata: estás todo tarado jaja ¡preséntala como es debido! -decía riendo, yo reía, pero ella no me dejó responder en realidad, prosiguió– a ver mi amor, ella se llama Mariana tiene ammm 22 como Franco? –preguntaba curiosamente a mi novia

Mariana: si, los cumplí en enero –respondía rápidamente

Nata: ok, 22, es la novia de Franco, es súper linda como podrás ver… -ella pensó un segundo– y tiene un culazo –decía manteniendo el mismo todo sarcástico y todos reíamos

Julián: mucho gusto “señorita del culazo” –decía el hombre con una voz bastante profunda, volviendo a tomar la mano de mi novia, reíamos muy fuerte

Nata: y ya conoces al mensillo de Franco –decía riendo, éramos buenos amigos, algo cercanos, no mi mejor amiga, pero si alguien con quién había tenido charlas intensas y largas varias veces, se permitía la hostilidad amistosa

Nata abría un pequeño refrigerador oculto por un lado de su asiento y servía champaña en unas lindas copas de cristal, me sentía casi culpable de beber eso, lucía caro, pero ella lo servía abundantemente y la culpa se fue pronto. Bebíamos y charlábamos, la plática fue de conocernos mejor, nos hacíamos preguntas directamente sin vergüenza.

Resulta que ellos llevaban 3 años juntos, ella lo había conocido en un spa, el spa de los padres de él, negocio que el manejaba. Nos contaba que eso pagaba las cuentas, pero que intentaba dedicarse lo más posible a su verdadera pasión, la pintura, otro niño rico.

La charla fue tan amena que las 3 horas de camino pasaron como agua entre risas. Cuando llegamos ya era algo tarde y estaba oscureciendo, tal vez las 8 pm. la limosina entraba en el enorme jardín delantero de la lujosa casa, se acercaba a la puerta y había 2 mujeres con uniforme azul cielo impecablemente limpio y ordenado, todos salíamos torpemente de la limosina, algo ebrios después de 2 botellas de champaña.

Las mujeres se presentaban rápidamente, decían su nombre y la empresa para la que trabajaban, escuché atenta, curiosa y amablemente su presentación mientras Nata y Julián parecían ignorarlas, supongo estaban acostumbrados, a mí me parecía algo curioso por la novedad y ellas terminaban con algo como “nosotros nos encargaremos de su comodidad”.

Las mujeres iban a la parte trasera de la limo, Nata les indicaba cuáles eran las maletas de ellos y yo hacía lo mismo, casi las ayudaba pero Nata me jaló del brazo “tienes que ver esto” yo dudé un segundo viendo a las mujeres tomando las maletas y Nata remató “ellas se encargan, no te preocupes” me sentí un poco avergonzado por partida doble, por las mujeres y con Nata por no saber “la etiqueta” en esa situación.

Nata me tomaba con la mano del brazo rápidamente y me llevaba dentro de la enorme y lujosa sala de la casa, “acaban de instarlo, mira” presionaba algo en su celular y se desplegaba una increíble chimenea que estaba oculta detrás de unos paneles, Mariana y yo no pudimos hacer nada más que sorprendernos y expresarlo “¡está increíble!” Decía ni novia sin vergüenza, yo miraba atentamente, Nata parecía emocionada, pero no tanto como nosotros.

Nata: tengo hambre ¿ustedes? –decía mientras la chimenea ni siquiera se acaba de desplegar aún y ya parecía perder la novedad, mi novia veía atentamente y no le avergonzaba mostrar su asombro, así que respondí yo

Yo: si, deberíamos comer algo –dije rápidamente

Nata: Alexa –decía firmemente y el dispositivo inteligente se encendía en una mesa cercana, indicando que escuchaba– anuncio, cocina –esperaba un segundo antes de continuar– Lucio, oye, ¿está lista la cena? –decía firmemente sin gritar, esperamos unos segundos, el dispositivo se encendía de nuevo

Lucio: casi lista señorita Natali, tengo listo el pan de ajo, la pizza sale enseguida, pueden venir –decía el amable hombre del otro lado, Nata no respondía

Ella nos indicaba por dónde ir y la seguíamos por la sala mientras las mujeres pasaban detrás de nosotros con el equipaje. La lujosa sala daba paso a una hermosa cocina igual de impresionante y grande, abrumadoramente blanca, un hombre de unos 50 años con uniforme de chef y aspecto impecable nos saludaba “buenas noches jóvenes” mientras servía en la enorme barra unas tiras de pan de ajo que literalmente humeaban.

Saludamos al hombre y él se presentaba, “me llamo Lucio, soy chef profesional y estaré a su servicio estos días”. Nata acomodaba unos aderezos para las tiras de pan y las comíamos, eran jodidamente deliciosos. 15 minutos después el hombre nos servía a la mesa 3 pizzas increíbles, no de esas comerciales, pizzas de un nivel muy notable, perfectamente logradas, apetitosas a la vista y abundantes en ingredientes. Mientras disfrutábamos las pizzas con algunas cervezas, el hombre se despidió amablemente y se fue.

Nata: oye amiga –decía llamando la atención de mi novia, ella la miraba– ¿y cómo es que una chica sexi y culona como tú, está con este mensillo? –decía riendo, ella también a veces me jodía con esa clase de comentarios, mi novia reía y me abrazaba dulcemente por el cuello

Mariana: ay qué mala, ¡él es genial! –decía riendo y apretando el abrazo.

Nata: jajaja no es así tan en mala onda, pero él tiene suerte de tener una chica como tú –ella dejaba clara su opinión al respecto, a mí no me molestaba nunca esa clase de comentarios, me hacían sentir orgulloso.

Yo: mucha suerte –rematé yo y todos reíamos, Mariana me besaba dulcemente en la mejilla agradeciendo el cumplido.

Nata: tu podrías –decía dirigiéndose a mi novia de nuevo– estar con un hombre guapo, musculoso, adinerado –enumeraba lentamente las cualidades y todos reíamos un poco– ¡vergon! –reíamos más –y que te coja delicioso mmmm como mi novio –ella lo besaba en la mejilla riendo, el hombre reía, pero más bien parecía sonreír orgullosamente, mi novia reía sorprendida, no me parecía que hubiera mala fe, solo bromeaba, también reí.

Mi novia no contestó nada, Nata dejaba el tema como una broma, pasábamos a otra cosa y estuvimos un rato charlando y riendo, con las sobras de la pizza enfriándose en la mesa. Se acercó una de las mujeres de azul que nos había recibido en la puerta, hacíamos silencio y le dejábamos hablar.

Mujer: buenas noches, el equipaje fue desempacado y las habitaciones están listas –decía rápidamente, Nata le daba las gracias y la mujer se despedía y se perdía en la enorme casa.

Nata: pónganse traje de baño, vamos al jacuzzi, les encantará –decía rápidamente levantándose de la mesa y la seguíamos.

Nata nos indicaba donde estaba nuestra habitación designada. Al fondo de un amplio y largo pasillo, en el segundo piso, la de ellos estaba exactamente al otro lado de ese pasillo y debido al tamaño de la casa había una distancia muy considerable, “podremos follar a gusto sin preocuparnos del ruido” pensé perversamente para mí mismo.

Entramos Mariana y yo a la habitación. Una habitación tan enorme que era del tamaño de toda mi cocina y sala juntas, una cama enorme, ¿King size tal vez? Una pantalla de 60 pulgadas, un mini reproductor que tenía aspecto de que yo no podría pagarlo, y la verdad es que la habitación estaba adornada con buen gusto. Tenía un baño propio más grande que el baño principal de mi casa, tina de baño y regadera con puertas de cristal completamente transparentes.

Mariana me veía emocionada, la opulencia no paraba en cada habitación de esa casa, literalmente, “tu amiga en serio tiene dinero” y se echaba en la cama de un salto infantilmente, estiraba los brazos y disfrutaba la enorme cama. “Está súper rica” decía cerrando los ojos y acomodándose. Noté que nuestras maletas estaban acomodadas en una esquina con mucho cuidado, fui ahí, las abrí, vacías, fruncí el ceño, abrí con una mano las muy ligeras y suaves puertas del clóset que estaba básicamente a lado de las maletas y todo estaba ordenado en ese enorme clóset, recordé, “el equipaje fue desempacado” me abrumó un poco la idea de que una de ellas hubiera sacado y ordenado todas mis cosas, obviamente no estaba acostumbrado a algo así, Nata ni siquiera me preguntó, por fortuna no traíamos algo como un dildo de 40 cm ni nada así.

Revise los cajones y elegía un short azul aqua, mi novia me alcanzaba y veía sorprendida que todo estaba ordenado, casi con molestia

Mariana: ¡¿ellas acomodaron?! –preguntaba algo histérica

Yo: si, también me sacó de onda –dije sintiendo lo mismo que ella, pero ella parecía relajarse de inmediato

Mariana: jajaja vieron mi lencería que vergüenza jajaja –reía histérica tapándose la boca con una mano, obviamente yo le había pedido que llevaría lencería, ella agregaba con tono pícaro– de hecho, entonces ellas vieron incluso primero que tu un regalito que te traje –decía perversamente agarrándome firmemente la verga.

Comenzamos a besarnos, nos quitábamos la ropa dispuestos a follar un rapidito, pero entonces ella se separó de mi asustada y semi desnuda, yo reaccioné casi igual cuando ambos escuchamos el típico sonido de una notificación de “Alexa” llamando nuestra atención, volteamos rápidamente y descubrimos que había otro dispositivo de esos sobre una mesita cerca del baño.

Nata: ya encendí el jacuzzi, los esperamos.

El dispositivo apagaba su led azul, nos quedamos quietos unos segundos viendo el dispositivo y luego reíamos a carcajadas por la situación de sentirnos atrapados como adolescentes.

Mariana: ¿ella puede escuchar? –me preguntó tímidamente riendo en voz baja.

Yo: no creo, funciona como un radio –le dije con confianza, sabía un poco como funcionaban esas cosas, aunque no tenía una Alexa propia.

No quise humillarme frente a mi novia intentando averiguar cómo enviar un audio de vuelta, le mandé un WhatsApp a Nata diciéndole que íbamos enseguida.

Me ponía mis shorts azul aqua rápidamente y una playera azul marino, mi novia se desnudaba sin ninguna vergüenza frente a mi, y desnuda elegía entre sus bikinis, yo la manoseaba y golpeaba su trasero riendo, ella reía, “ay de veras adolescentito que no ha visto nalgas en su vida jaja”. Al final ella se decidía por un absolutamente increíble bikini rojo intenso de 2 piezas, el brasier algo pequeño pero cubría todo perfectamente, la tanga delgada, pero no tanto como para que se le metiera entre sus deliciosas nalgotas.

Salíamos del cuarto y le llamaba a Nata, le pedía instrucciones sobre dónde estaba el jacuzzi, ella me guiaba.

Salíamos de la casa y la piscina estaba llena y con luces por debajo, se veía increíble en el patio en perfecto estado esa noche, Nata levantaba una mano guiándome a su posición y yo colgaba la llamada. El jacuzzi era perfecto para 4 personas, acabados de madera de muy buen gusto por fuera y burbujeaba un poco.

Nata estaba abrazada de su novio y nos saludaba amablemente con cerveza en mano mientras Mariana y yo subíamos las escaleritas del jacuzzi.

Fin parte 1

velkan 25-02-2021 20:23:27

Respuesta: FIn de semana en pareja doble
 
Que buen relato. La segunda parte para cuando?

eltoro 02-03-2021 13:13:31

Respuesta: FIn de semana en pareja doble
 
Buen Relato.


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