Aparte de que las estupideces, la soberbia y la miopía de las Farc han contribuido y mucho con el desprestigio, no tanto de Santos, sino del mismo proceso de paz que adelantan en La Habana, sí es cierto que hay una campaña de desprestigio contra quienes insisten en la paz, acudiendo a mentiras, calumnias, verdades a medias y desinformación. La guerra es su negocio; la paz, la quiebra de su mundo de privilegios.