DeNunCianDo - Libardo Sarmiento Anzola: Colombia: colonialismo y consumo siglo XXI (VERGONZOSA DESIGUALDAD)

COLOMBIA Capitalismo S.XXI :rolleyes::rolleyes::rolleyes: :laughing9:

Colombia: colonialismo y consumo siglo XXI

http://imagezilla.net/thumbs2/XUN16GK-A1_tn.jpg

Escrito por Libardo Sarmiento Anzola*

Modelo societal periférico, el colombiano, con total ausencia de proyecto propio. Sus consecuencias son múltiples. Este artículo describe la tendencia creciente del consumo de importados en la canasta de los hogares colombianos en lo transcurrido del siglo XXI. Gana espacio el consumo suntuario de lo importado. La oligarquía derrochando los ingresos fruto del esfuerzo de las mayorías.
En pleno siglo XXI, como una maldición, tres siglos de dominio colonial (ver cuadro Mentalidad...) continúan atormentando el espíritu de la sociedad colombiana, tanto en sus condiciones de producción como de reproducción cotidiana.
Una maldición, que ante la ausencia de un proyecto de país con piso y proyección soberana, pareciera no tener fin. En efecto, en lo corrido del siglo XXI, sobre la base de un modelo de desarrollo expoliador, extractivo y excluyente, la economía colombiana registra un crecimiento acelerado cuyos frutos son apropiados y concentrados por la oligarquía rentista y el Estado parasitario.

Nuevos ricos

Así lo confirman los datos. En el período 2000-2014 el Producto Interno Bruto (PIB) nacional se multiplicó por cuatro. En estos años, la población creció de 40 a 48 millones de habitantes, y la dinámica de la economía lo hizo a un ritmo superior, permitiendo que el ingreso por habitante creciera de US $ 2.588 en el año 2000 a US $ 7.814 en 2014 (cuadro 1), lo que, como todos sabemos es un indicador mentiroso pues la redistribución no es así de equitativa.
También hay otros incrementos. El gasto anual del consumo final de los hogares para el 2014 asciende a 456.776 miles de millones de pesos, esto es, 3,2 veces más que 14 años atrás. El Estado, de igual manera, aumenta en forma más acelerada la apropiación de la riqueza anual generada por el trabajo colombiano, mediante continuas reformas tributarias que elevan los impuestos al patrimonio, a los ingresos y al consumo (IVA), limitando gravemente la capacidad efectiva de compra de las familias, en particular la clase media, de manera que el 28% del PIB ahora está controlado directamente por el Gobierno. Las ganancias de los empresarios igualmente son crecientes. En contraste, el ingreso de los trabajadores perdió participación en la apropiación del valor agregado nacional: a principios de la década de 1980 apropiaban el 44% y actualmente solo el 32%, es decir, en las tres últimas décadas los asalariados perdieron 12 puntos en la participación de la riqueza producida anualmente en el país, bien por caída en los salarios o por desplome del trabajo asalariado (remplazado por formas precarias e inestables de trabajo, esto es, la diversidad del rebusque o informalidad: microempresarios, cuenta propia, trabajadores familiares no remunerados, etc.).
Hay más. En la estructura de la demanda final interna, el consumo total de los hogares perdió 10 puntos de participación porcentual al pasar de 68,5% en el año 2000 a 58,2% en 2014. El crecimiento acelerado de los gastos del Gobierno y de la formación bruta de capital (acumulación del capital), en detrimento del aumento en el consumo final de los hogares, explica este comportamiento (gráfico 1).

http://imagezilla.net/thumbs2/J0qAV6F-A_tn.jpg

http://thumbnails110.imagebam.com/36...e366135348.jpg
Balanza comercial e importación de bienes de consumo

En el último cuarto de siglo, las importaciones colombianas se multiplicaron 14,4 veces: en 1980 el valor de las importaciones era de 4.152 millones de dólares y en 2014 este rubro alcanzó los 60.000 millones de dólares. Las exportaciones evolucionaron en una tendencia similar a las importaciones, si bien en 15 años de este período la balanza comercial es deficitaria (gráfico 2). En general, Colombia vende al mundo productos de bajo valor agregado, "lo que produce la tierrita": recursos energéticos (petróleo y carbón), minerales, café, banano y flores; mientras importa toda clase de bienes y servicios manufacturados, desde calzado, prendas de vestir, alimentos, vehículos, toda clase de utensilios del hogar y oficina, electrodomésticos, bienes de capital de mediana y alta tecnología, dispositivos de información y comunicación, combustibles, etcétera.

http://thumbnails110.imagebam.com/36...c366135349.jpg

En particular, la importación de bienes de consumo ganó importancia en el conjunto del total de importaciones del país y la tendencia es creciente. En el año 1999, su valor (CIF) en bienes de consumo asciende a 1.993 millones de dólares; la participación porcentual en el total de las importaciones era de 18,7 por ciento. En 2014, el valor de los bienes de consumo importado suma 13.357 millones de dólares, esto es, 6,7 veces más respecto a 1999; la participación actual es de 21,3 por ciento en el total importado por el país (gráfico 3).

http://thumbnails110.imagebam.com/36...6366135350.jpg

La incidencia de los bienes de consumo importados en los hogares

En las sociedades precapitalistas los hogares eran, a la vez, espacios de reproducción y producción (una alta parte de los bienes y servicios consumidos los producía la familia). En el modo de producción capitalista hay una separación radical entre los espacios de producción y los de consumo; los hogares de los trabajadores venden su fuerza de trabajo para poder adquirir, en el mercado, los bienes que satisfacen sus necesidades. Los hogares no producen ni procesan nada de lo que consumen.
Las consecuencias de esto están a la vista. La perversidad en el sistema mundo capitalista lo constituye la alta dependencia de las sociedades periféricas de los países centro para garantizar las condiciones metabólicas de su reproducción. Al especializarse las primeras en la exportación de recursos naturales, de bajo valor agregado, pierden autonomía económica y autodeterminación política; además, generan desempleo estructural, trabajo precario y una educación poco pertinente con respecto a sus necesidades y demandas cotidianas (ver recuadro La desindustrialización).
Es así como en el país, la participación de los bienes de consumo importados en el total de la canasta familiar duplicó su peso en el período 2000-2014: de 3,1 por ciento se eleva a 5,8 por ciento (cuadro 2 y gráfico 4). Además, habría que incluir el consumo de bienes y servicios producidos por las transnacionales que operan en suelo nacional (en particular empresas estadounidenses, canadienses, alemanas, españolas, japonesas, chinas, mexicanas, chilenas y brasileras), lo cual eleva significativamente esta incidencia de los bienes de origen extranjero consumidos por los hogares criollos.

http://imagezilla.net/thumbs2/edMW7H4-E_tn.jpg

Y no es poco. Las utilidades anuales de las cerca de mil empresas con inversión extranjera directa que desarrollan actividades económicas en Colombia son de una cifra cercana a los US $ 12.000 millones, según informes del Banco de la República. La demanda creciente de bienes extranjeros es una particularidad de las familias ricas, caracterizadas por la apetencia de los consumos suntuarios y desprecio de lo producido en el país; si bien es una cultura que permea a todos los estratos socio-económicos, inclinadas a ello ante el bajo costo de muchos de los productos que ahora se ofrecen en cualquier esquina de todas las ciudades del país.

http://thumbnails110.imagebam.com/36...a366135351.jpg

Las implicaciones macroeconómicas de esta tendencia cultural de las familias colombianas, esto es, preferencia por los bienes importados, es significativa: China, por ejemplo, que abastece los mercados populares latinoamericanos con bienes de bajo costo y malísima calidad, propicia la concreción de un alto déficit comercial a la economía del país; en efecto, mientras en 1995 las importaciones del país asiático superaban en 58,7 millones de dólares (FOB) a las exportaciones colombianas, en el año 2012 el déficit fue cercano a los 6.000 millones de dólares. Una cifra similar queda registrada con el déficit comercial de Colombia respecto a Estados Unidos (US $ 2.275 millones al mes de julio de 2014); en el comercio con Japón, Alemania, Canadá, México y Brasil, el intercambio comercial en lo transcurrido del año 2014 es negativo para Colombia.
No se equivocaba el poeta, filósofo y político cubano José Martí (1853-1895) al sentenciar que "Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad".
* Economista

Mentalidad Malinche

La mentalidad colonial queda manifiesta una vez más, tanto en las relaciones económicas con el extranjero como en la mentalidad imperante entre quienes controlan el Estado y quienes administran la llamada cosa pública. Veamos algunas de sus manifestaciones más palpables: la condición de economía periférica, exportadora de materias primas e importadora de bienes manufacturados; una oligarquía lumpen y corrupta poco emprendedora que ostenta y reproduce su poder mediante el control del Estado patrimonialista, el monopolio de latifundios, la entrega del patrimonio ambiental a la explotación de transnacionales, la fidelidad de una burocracia tan arrogante como incapaz, la protección de cuerpos armados que pisotean los más elementales derechos humanos y sofocan cualquier protesta del pueblo y la puesta a su servicio de todos los medios generadores de cultura, educación e información; el monopolio de la vida espiritual por parte de toda clase de iglesias; el deseo de riqueza fácil; la presencia de bandas ilegales y partidos políticos buscadores de rentas que hacen de la guerra un negocio; la inmoralidad del todo vale; la inconmovible estratificación social y el remedo de una democracia esquiva; la xenofilia que considera, sobre el trasfondo de falta de identidad colectiva y raíces históricas truncadas, lo extranjero como mejor, superior e imitable; y, el vacío de un proyecto de nación.

Esta mentalidad colonial, unida a una riqueza creciente, impulsa la importación de bienes de consumo, la mayor participación de bienes y servicios extranjeros en la canasta familiar, la desindustrialización del ******o productivo, la crisis de la economía campesina y la sobredimensión de las actividades de servicios, comercio, transporte y finanzas, un sistema educativo memorista, abstracto y aislado de los problemas del país, la corrupción cínica y la conversión de todo lo humano en simple mercancía.

http://imagezilla.net/thumbs2/27qenET-H_tn.jpg

http://thumbnails112.imagebam.com/36...f366135662.jpg