DeNunCianDo - Presidente Santos: libere al Estado de la adicción de USA al glifosato.

Columna de Socorro Ramirez llamada "no puede ser" para el diario el tiempo

Presidente Santos: así como usted empieza a reenfocar la estrategia de drogas hacia la salud pública, libere al Estado de la adicción de USA al glifosato.

Colombia es el único país del mundo que en lugar de defender a su población atrapada en medio del fuego cruzado de la guerra de las drogas, durante tres décadas la ha presionado a desplazarse al envenenar su hábitat con potentes mezclas químicas –primero con Paraquat y luego con Round-up–, que generan daños en su salud, biodiversidad, aguas y cultivos lícitos.

No puede ser que el presidente Santos reconozca aquí y afuera el fracaso de la cruzada contra las drogas, y no oiga la petición de acabar las aspersiones aéreas, reiterada con marchas y paros por comunidades negras, indígenas y campesinas, que las padecen sin siquiera ser advertidas cuando van a ser rociados los tóxicos y sin que sus quejas sean procesadas; y que tampoco responda la petición de organizaciones ambientales y de derechos humanos de declarar una moratoria en las fumigaciones mientras su gobierno revisa su impacto ambiental, humanitario y socioeconómico, y las formas de repararlo.

No puede ser que la Policía siga hablando del “éxito” de esa estrategia y lo mida por hectáreas fumigadas, cuando varios estudios demuestran el fracaso del envenenamiento de más de dos millones de hectáreas (para eliminar una hay que fumigar decenas). El sur del país, donde más se han lanzado tóxicos, sigue teniendo las mayores siembras de coca. Los cultivos simplemente se trasladan y extienden la deforestación. La biodiversidad y los recursos perdidos –57.000 dólares por hectárea fumigada– podrían haber servido para la protección y el desarrollo sostenible en esas zonas marginadas. En cambio, es mejor el resultado cuando la erradicación manual es concertada con las comunidades y va unida al desarrollo.

No puede ser que el gobierno de Santos siga desestimando los llamados a terminarlas. Desde el 2001, la Unión Europea ha venido advirtiéndole al país sobre la inefectividad de esas aspersiones, sus impactos negativos y la necesidad de implantar un monitoreo con Naciones Unidas y la Organización Panamericana de la Salud. En el 2013, el Consejo de Estado le pidió suspenderlas por violar el principio de precaución y causar daños irreversibles, graves y desproporcionados a ecosistemas ricos y frágiles. Y Colombia tuvo que comprometerse con Ecuador a pagar por los impactos de las fumigaciones en su territorio.

No puede ser que el gobierno de Santos haya restablecido las fumigaciones con glifosato, como querían Estados Unidos, Monsanto y la Policía. Tras su reanudación en febrero del 2014, la Corte Constitucional conminó al Minambiente a controlar sus efectos nocivos. Dos relatores especiales de Naciones Unidas le pidieron al Gobierno responder preguntas sobre las medidas adoptadas para asegurar la protección de los derechos a la salud física y mental, agua y alimentación de los campesinos y los pueblos indígenas afectados, y para garantizar el respeto de las convenciones ambientales y de derechos humanos en la lucha antinarcóticos, con el fin de someter las respuestas al Consejo de Derechos Humanos del 17 de septiembre.

No puede ser que, pese a sus daños, el Gobierno contemple las aspersiones aéreas en el proyecto de estatuto de droga y se reserve esa posibilidad en el preacuerdo con las Farc. Sí, sería la excepción, pero envenenar territorios no derrota a la criminalidad que presiona a los cultivadores a no erradicar.

Presidente Santos: así como usted ha visto “con buenos ojos la iniciativa sobre la utilización medicinal y terapéutica de la marihuana” y empieza a reenfocar la estrategia de drogas hacia la salud pública, libere al Estado de la adicción de USA al glifosato. Ese gesto le aportará legitimidad y recursos para atender problemas agrarios, tarea esencial en una política eficaz de drogas y en el posconflicto.

Socorro Ramírez
El tiempo