DeNunCianDo - Ambiente caldeado por "declaraciones de odio" del presidente de Irán en cumbre contra el racismo

La presencia de Mahmud Ahmadinejad caldeó los ánimos. Los representantes europeos se retiraron de la sala mientras hablaba, E.U. boicoteó la cita e Israel llamó a su embajador en Suiza.

Un enorme revuelo causó este lunes el presidente de Irán en el primer día de la Conferencia de la ONU contra el Racismo en Ginebra, llamada Durban II, al arremeter contra Israel y acusarlo de ser el "régimen más cruel y racista del mundo", en un discurso que provocó la salida de la sala de los países europeos presentes.

Ahmadinejad -que es el único jefe de Estado que asiste a esta Conferencia, marcada desde antes de su inicio por la polémica y el boicot de Estados Unidos, Israel y otros siete países- ignoró el llamado del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de no asociar el sionismo con el racismo y subió a la tribuna para denunciar que la creación del Estado de Israel privó "de tierras a una nación entera bajo el pretexto del sufrimiento judío".

Cuando llamó a "hacer esfuerzos para poner fin a los abusos de los sionistas y sus partidarios en la Palestina ocupada", los 23 representantes europeos presentes abandonaron la sala de la sede europea de la ONU en medio de abucheos, aunque el discurso de Ahmadinejad no incluyó ni llamados a la destrucción del Estado judío ni la negación del Holocausto, sino denuncias de políticas concretas.
Los delegados del Vaticano y de los países de América Latina y el Caribe no se movieron de sus sillas, y las naciones europeas participantes regresaron cuando finalizó el discurso.

El gesto de los europeos fue recibido con aplausos y gritos por una nutrida delegación de participantes judíos y de disidentes iraníes. Al grito de "¡racista, racista!", por ejemplo, un miembro de la Unión de Estudiantes Judíos de Francia, disfrazado de payaso, le tiró una nariz roja a Ahmadinejad que chocó contra el podio e interrumpió su discurso por unos segundos.

En su discurso, que debía durar siete minutos y terminó siendo de media hora, Ahmadinejad condenó el actual orden político mundial -incluido el derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU-, las intervenciones en Irak y Afganistán -que dijo han empobrecido aún más a ambos países- y la "brutal política represiva" de Israel hacia los palestinos.

Adicionalmente, el gobierno de Israel llamó ayer a consultas a su embajador en Berna para protestar por la reunión del presidente suizo Hans-Rudolf Merz con Ahmadinejad, el domingo en la noche, y en la que Merz pidió al presidente iraní que libere a una periodista estadounidense presa en Teherán.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel criticó en un comunicado "la reunión entre el presidente de un país democrático y un infame negador del Holocausto, tal como es el presidente de Irán, que ha pedido la destrucción de Israel". Y convocó también a la diplomática a cargo de la embajada suiza en Tel Aviv, Monika Schmutz Kirgoz, para transmitirle su disgusto.

Pero Merz consideró "injustificadas" las críticas de su reunión con Ahmadinejad, insistió en que se necesita un diálogo y recordó que Suiza representa los intereses de Estados Unidos en Irán desde la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países en 1980.
De otro lado, el portavoz de la Cancillería israelí, Yigal Palmor, dijo que el Estado hebreo estaba "decepcionado" por la decisión de Francia y del Reino Unido de asistir a la conferencia. Israel conmemora a partir anoche el Día Anual de la Memoria del Holocausto, la matanza de seis millones de judíos por los nazis.

'Plataforma para acusar, dividir e incitar'
Antes de empezar, sin embargo, la Conferencia de una semana de duración había generado ya una profunda división y estaba marcada por el boicot de Estados Unidos y otros ocho países (Israel, Australia, Canadá, Italia, Holanda, Polonia, Nueva Zelanda y Alemania), por considerar que va a convertirse en un foro antisionista.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon -que en la mañana, al inaugurar la conferencia, fue muy crítico con los países que la boicotearon por considerar que el texto de consenso preparado es muy equilibrado- emitió una declaración tras el discurso de Ahmadinejad para lamentar que hubiera equiparado el sionismo con el racismo.
"Deploro el uso que el presidente iraní ha hecho de esta plataforma para acusar, dividir e incluso incitar", afirmó Ban en su declaración. Y afirmó que la intervención del mandatario iraní iba en contra de lo que busca la Conferencia, cuyo objetivo es relanzar un plan de acción internacional para combatir el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia.

Tanto Ban Ki-moon como la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, lamentaron la ausencia de Estados Unidos y los otros ocho países, y reconocieron que para llegar al borrador de documento de la conferencia, los países islámicos cedieron en todas sus demandas frente a las exigencias de Occidente. Pillay incluso agradeció la "generosa" posición de los palestinos por aceptar la eliminación de un párrafo sobre la sangrienta ofensiva que Israel lanzó sobre Gaza el 27 de diciembre del año pasado.

"Estoy profundamente decepcionado por el hecho de que algunos países, que deberían ayudar a forjar un futuro mejor, no estén aquí", dijo el secretario general de la ONU, que atribuyó esas ausencias a la "virulencia" de las polémicas entre "numerosas corrientes políticas e ideológicas" antes del encuentro. Según él, "la islamofobia" es una forma de racismo, al igual que el antisemitismo.

Amnistía Internacional y el grupo de defensa de los derechos humanos Human Rigths Watch también criticaron duramente a los países que decidieron boicotear la Conferencia.

'Diálogo y respeto mutuo'
De otro lado, eEn una multitudinaria rueda de prensa posterior a su intervención, Ahmadinejad se mostró favorable a entablar un diálogo con Estados Unidos sobre la base de la "justicia" y el "respeto mutuo" y dijo esperar que se produzcan los cambios en la política exterior anunciados por el nuevo presidente, Barack Obama.

"Me encantaría estar involucrado en una conferencia productiva que trate temas pendientes sobre racismo y discriminación mundial", manifestó Obama el domingo en Trinidad y Tobago, al final de la Cumbre de las Américas. Sin embargo, agregó que en la Conferencia contra el Racismo hay "personas que expresaron antagonismo hacia Israel de maneras que muchas veces fueron completamente hipócritas y contraproducentes".

En respuesta, Washington dijo ayer que sigue deseando dialogar con Irán para mejorar sus relaciones mutuas, pese a que pidió terminar con su "retórica horrible", tras las críticas de Ahmadinejad a Israel.
"Si Irán quiere una relación diferente con la comunidad internacional debe abandonar esa retórica horrible. Este tipo de retórica es inútil, contraproducente, y sólo sirve para alimentar el odio racial. No es una retórica que deba ser usada en el siglo XXI", dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Robert Wood.

Ahmadinejad, que tuvo que entrar escoltado por varios agentes de seguridad para sortear a decenas de activistas judíos e iraníes que gritaban en la puerta de la sala de prensa, también reiteró su petición de que se modifique el orden político internacional, incluyendo la supresión del derecho de veto.

"Es injusto que cinco países tengan el derecho de anular las decisiones de los otros, que sean los abogados, los jueces y los ejecutores de sus órdenes y siempre en su propio interés", aseguró.
En la cumbre participan 103 Estados de los 192 que componen la ONU, incluidos todos los de América Latina y el Caribe, junto a unos 2.000 militantes de ONG, con el propósito de sentar las bases de un plan internacional para mejorar la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las diversas formas de intolerancia.

Sin embargo, esta reunión -que constituye el foro de seguimiento de una primera cita mundial contra el racismo celebrada en Durban (Suráfrica) en el 2001- está altamente politizada y el proyecto de declaración final plantea problemas, pues la mayoría de los países occidentales cuestionan su contenido, pese a que el texto aprobado la semana pasada por la comisión encargada de preparar la cumbre ya no menciona a Israel ni el principio de difamación de religiones, que los países islámicos buscan sea condenado explícitamente.

Las negociaciones sobre la declaración final, de 143 artículos, continuarán esta semana con el objetivo de que sea aprobado el viernes, último día de la conferencia.