A mi alrededor, incluyendo familia, amigos y conocidos, al menos unas treinta personas que votamos por opciones distintas, estaremos temprano el próximo domingo depositando el voto por Santos y como lo afirma Angélica Lozano (vote por ella en las lecciones para el Congreso, con su llave para el senado Claudia López) tampoco yo me imaginé que iba a hacerlo, pero está de por medio la democracia y la apertura hacia la terminación del conflicto y la oportunidad para que entre todos comencemos la difícil construcción de la paz. El "todo vale" debe quedar sepultado en las urnas.

Severa perorata y muy diciente. :)

A ver, Marinero, por enésima vez se lo explico. Lo que se va a terminar en La Habana (y en Asunción con el ELN) es el conflicto armado, que es abrir la puerta a la construcción de la paz. Ésta, la paz, nos toca a todos los colombianos construirla a lo largo de varios decenios, porque una cosa es desarmar los cuerpos, relativamente fácil (fin del conflicto armado) y otra bien diferente desarmar las mentes (la paz). Un par de generaciones nos costará quitarnos de encima el chip de que el mejor enemigo es el que está bajo tierra y de que el mejor diálogo es al pie de las tumbas. Y como dijo el último presidente blanco de Sudáfrica Frederick Leclerc, el primer paso hacia la paz es dejar de odiar y eso, estimado Marinero, nos va a costar mucho trabajo.

Y lo chistoso del cuento es que el "ridículo" proceso de paz es tan "ridículo" que AUC lo va a seguir si es que gana su marioneta y ésta es la gran victoria de Santos. A regañadientes, AUC le tocó hablar de paz y si llega a ganar lo veremos sentado en La Habana, hablando "ridiculeces" como esa "maricada" de la paz.

Al margen: Y dale con la impunidad. No se ha comenzado a hablar de eso y los seguidores de AUC repiten como loras mojadas que no hay paz sin impunidad, una mentira que AUC repite tanto que muchos se terminaron creyendo algo que no existe.