DeNunCianDo

DeNunCianDo (https://www.denunciando.com/)
-   Politica y Sociedad (https://www.denunciando.com/politica-y-sociedad-85/)
-   -   "Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos" (https://www.denunciando.com/politica-y-sociedad-85/859002-que-nadie-desprecie-al-uribismo-en-colombia-hay-libertad-de-cultos.html)

Heráclito 02-11-2013 16:21:26

"Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos"
 
Un escrito incisivo que pone en su verdadera dimensión la nueva religión que unos cuantos cuadriculados adoptan para sentirse menos acomplejados.

Cita:

Uribismo

Por: RICARDO SILVA ROMERO |

6:21 p.m. | 31 de Octubre del 2013

Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos. Pero que no se pierda esta oportunidad única y feliz de interpretar las escenas de la convención en la que el movimiento proclamó a su candidato a la presidencia –que sean evidentes la omnipotencia ridícula pero también trágica del expresidente Álvaro Uribe, la sospecha de que la elección de Óscar Iván Zuluaga, un hombre serio reducido a “discípulo amado”, no fue democrática sino “a dedo”, y la cara de “yo qué diablos estoy haciendo acá” del candidato que ganaba las encuestas hasta el día anterior, Santos, Francisco– como un rosario de pruebas de que estamos frente a la empolvada presencia del populismo, frente a la promesa inconfundible, mejor, de un gobierno que haga por “la gente” el trabajo sucio que alguna vez hizo el caudillo.

“Esta es la nariz de nuestro líder –señala un alienado en El dormilón, de Woody Allen–: creemos que muy pronto, si logramos clonarla, lo tendremos a él por completo”.

Algo así está buscando el uribismo. En sus ceremonias paganas suelen rezarse los cinco pilares que el maestro nos enseñó (“seguridad democrática”, “confianza inversionista”, “cohesión social”, “Estado descentralizado”, “diálogo popular”), pero no se propone una profunda transformación de la sociedad ni una ampliación de los canales de participación ciudadana ni nada que no sea eslogan, sino que se anuncia, como una amenaza, una reacción belicosa –contra el gobierno de Santos, Juan Manuel, “el hombre que traicionó a Uribe”– que recobre la popularidad del Estado, restaure un discurso digerible que dé miedo y alivie al mismo tiempo, y devuelva el poder a los uniformados y a los políticos descalzos que hayan perdido la moral en los años de “la paz”. En otras palabras, se pregona la resurrección de un salvador que fue traicionado para nada: para cambiar la palabra “terrorismo” por la palabra “conflicto”.

Se canta que regresó “la horrible noche” en la que se le tiende a la guerrilla una mano cachaca e indiferente. Y se repite que a Zuluaga le corresponde salir a pedir dulces disfrazado de Uribe.

Hace ocho días conocí el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación que se construyó en el Cementerio Central de Bogotá. Y, mientras recorría, mudo y con gripa, las seis habitaciones de la exposición que cuenta la historia de nuestra violencia política, tuve la sensación de que quizás el uribismo sea la más popular encarnación de lo que suele llamarse “la versión oficial de los hechos”: esta promesa, reaccionaria y falaz, de un pasado glorioso; esta vocación a sepultar, a la manera de una religión, la historia de las minorías que encararon los autoritarismos; esta tentación de reducir a “terrorismo” todo aquello –lo bueno, lo malo y lo feo– que signifique redistribuir el poder en la sociedad; esta habilidad para convertir a los desposeídos en defensores acérrimos de la propiedad.

Yo espero que no sea así. Pero hay días tan lúgubres, tan lúgubres en los que todo el mundo parece uribista. Y en los que, alimentada por este último gobierno cuya verdadera traición ha sido su negación de la realidad, su ambigüedad y su desconcierto, la nostalgia por la fuerza va colándose en las conversaciones, en los gestos. Pensaba la semana pasada, en los pasillos de aquel centro de memoria (y, pensándolo bien, lo pienso ahora), que votar por el uribismo es creerse las mentiras de siempre: que va siendo hora de otra retoma del poder, que a la guerra solo la acaba la guerra, que lo más seguro, en estos climas malsanos, es respirar por la nariz de Uribe.

El uribismo está plagado de dogmas de fe: “Uribe existe”, “Uribe es uno y trina...”. Que no haya una sola memoria, sino muchas, es lo que está en juego esta vez.

Fuente: El Tiempo

INDIVIDUAL 02-11-2013 16:58:35

Respuesta: "Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos"
 
si hay maradonismo o maradonianos

Isidorito 02-11-2013 17:53:43

Respuesta: "Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos"
 
Excellente reflexión.

Misos 03-11-2013 07:38:09

Respuesta: "Que nadie desprecie al uribismo: en Colombia hay libertad de cultos"
 
El título ya es muy elocuente.
Tal cual, ese grupo tiene mucho tinte sectario.

Y Oscar Ivan es la más viva y sincera descripción de la política en cuerpo ajeno


La franja horaria es GMT -5. Ahora son las 19:00:28.

Desarrollado por: vBulletin® Versión 3.8.9
Derechos de Autor ©2000 - 2024, Jelsoft Enterprises Ltd.

DeNunCianDo.CoM ©

Page generated in 0,02185 seconds with 8 queries

SEO by vBSEO