Ochenta años después del primer intento que hiciera López Pumarejo con su "Revolución en marcha", se regresa a remediar la injusta distribución de la tierra en el agro colombiano.

Ojalá sea éste el punto de partida de una verdadera reforma agraria. No será fácil. Los latifundistas, con Fedegán y Augura al frente, acompañados de los palmicultores con capitales de oscura procedencia y políticos que defienden con garras y colmillos sus fortines electorales, serán un obstáculo formidable a vencer.

Pero se están dando pasos en la dirección correcta, con la voluntad política de avanzar hacia un país menos equitativo.