DeNunCianDo - Irán, el país donde los precios cambian a diario

Irán, el país donde los precios cambian a diario

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Sanciones para que el régimen de Ahmadineyad pare su programa nuclear golpean la economía local.

La esquina de la avenida Ferdosi con la calle Manucheri, exactamente enfrente del histórico complejo donde operó hasta hace un año la embajada británica en Irán, es uno de los sectores más emblemáticos y auténticos del centro de Teherán. Entre tiendas de antigüedades regentadas por viejos judíos, ha surgido en los últimos meses lo que se podría denominar como el mercado de divisas no oficial de Teherán.
Miles de vendedores ambulantes se amontonan en las aceras para cambiar euros y dólares al precio que va dictando un grupo de hombres que reciben órdenes por teléfono. "Un dólar por 3.250... Ahora está a 3.500", se escuchaba murmurar en esta calle el martes 2 de octubre, cuando el precio del dólar frente al rial rompió un récord de 20 años.
"Está a 3.900", dijo a esta periodista, a las 11:35 de la mañana, el dueño de una casa de cambio. Cabe anotar que en la calle le quitan un cero a la moneda local, o sea que en realidad se refería a 39.000 riales. Tres horas después, el presidente Mahmud Ahmadineyad aseguraba en una rueda de prensa que el país vive una "guerra económica" y acusaba a 22 personas de estar detrás del negocio clandestino que había llevado a la pronunciada devaluación.

Inflación, problema conexo
Además de la depreciación de la moneda local, que ha perdido las dos terceras partes de su valor en el último año, la inflación en lo corrido del año estaría alrededor del 50 por ciento. El Gobierno reconoce que es del 25 por ciento, pero analistas y comerciantes consideran que es el doble. Y lo peor es que los precios siguen subiendo.
Una cajetilla de cigarrillos pasó de 32.000 a 40.000 riales de un día para otro y el pan se encareció 50 por ciento, al igual que muchos otros productos. "Prefiero no vender hasta que la situación se estabilice. Nadie sabe cuál es el verdadero precio de nada y los carpinteros están pidiendo sumas desorbitadas por cualquier trabajo", dijo la dueña de una tienda de muebles que, como muchas otras personas consultadas para este reportaje, pidió que no se publicara su nombre.
"No cambien sus ahorros por dólares, no caigan en la guerra sicológica", dijo un desafiante Ahmadineyad en la rueda de prensa de aquel martes, en la que reconoció un problema que el Gobierno había negado hasta ese momento: muchos iraníes estaban sacando sus ahorros del banco y cambiándolos por divisas extranjeras para protegerlos, en un círculo vicioso que alimenta la devaluación.
"Volveremos a la normalidad, pero tenemos que unir las manos", repitió el Presidente, al tiempo que negó que su administración tuviera la culpa de lo que estaba pasando. Además de señalar como responsables a las sanciones económicas impuestas por Occidente, para detener un programa nuclear que Teherán insiste tiene fines pacíficos, acusó a todos los estamentos del régimen de tener parte de responsabilidad en la crisis. Esto incluía el sistema judicial, el Parlamento y hasta los Guardias Revolucionarios, la fuerza militar élite del país, que hasta hace poco lo respaldaba.
Su señalamiento enfureció a gran parte de los políticos e intelectuales, que se unieron para atacarlo. "¿Es usted el Presidente del país?", preguntaba el editorial del periódico conservador Khorasan, que recogió el sentir popular. Por su parte, el Parlamento detuvo el proyecto de recorte de subsidios, pieza fundamental en el programa económico de Ahmadineyad.
En la medida en que se iba desplomando el rial, se desató una serie de acontecimientos que nadie tenía entre sus planes. En momentos en que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, planteaba la posibilidad de atacar a Irán para detener su programa nuclear -al que Occidente le atribuye fines militares-, el escenario dentro de la República Islámica cambiaba por completo.
Buena parte de los comerciantes del Gran Bazar de Teherán, que jugaron un papel esencial en la caída del sah de Persia, en 1979, cerraron sus puertas desde el 3 de octubre. Muchos vendedores y consumidores marcharon en contra de la inestabilidad financiera y cantaron eslóganes contra las políticas monetarias del Gobierno. "Dejen a Siria y piensen en nosotros", gritaban mientras las autoridades reprimían las protestas.
Las fuerzas de seguridad del régimen desplazaron toda su maquinaria hacia la calle Ferdosi, para cerrar las casas de cambio y detener a los vendedores ambulantes que apostaban por que el rial iba a caer aún más. Desde entonces, este sector está bajo control policial y decenas de vendedores de divisas han sido detenidos.

Hay cuatro tasas de cambio
"El Gobierno ha logrado estabilizar el dólar esta semana, pero no estoy seguro de que vaya a mantenerlo así por mucho tiempo", le dijo a EL TIEMPO un comerciante de tapetes del Gran Bazar de Teherán, que opina que todo es muy confuso. "Por ejemplo -explicó- hay cuatro tasas de cambio; las dos primeras, exclusivas para importadores. El resto de los ciudadanos que necesitan divisas tienen que recurrir a las casas de cambio".
Sin embargo, muchas de estas agencias aseguran no tener dólares. "La verdad es que no quieren cambiar porque pierden dinero, así que la persona corriente tiene que recurrir al mercado negro", cuenta el vendedor, que confirma una realidad que se ve en la calle Ferdosi, donde aquellos que se atreven a vender dólares lo hacen con la mayor discreción posible. Quien sea visto con un dólar en la mano es detenido.
Pero la crisis económica por la que pasa Irán, según aseguró un analista local, va mucho más allá de la simple especulación. Por un lado, está el efecto de las sanciones económicas impuestas por Occidente. Estas medidas incluyen que los bancos iraníes no pueden hacer transferencias al extranjero (ni siquiera tienen acceso a un código Swift, que identifica a cada institución financiera en todo el mundo) y la suspensión de las compras de petróleo que hacía la Unión Europea.
Esas restricciones no sólo han traído como consecuencia que Irán haya reducido la venta de crudo en un 55 por ciento en lo corrido del año (según cifras que manejan analistas económicos), sino que han dificultado cualquier negociación con el extranjero.
Pero para entender la devaluación del rial, aseguró el experto consultado, también hay que referirse a las medidas económicas del Gobierno, que decidió bajar las tasas de interés en el 2011. "Mucha gente decidió sacar el dinero del banco para comprar dólares u oro, o invertirlo en propiedad raíz o vehículos", aseguró este hombre, que lleva varias décadas enseñando economía.
A esto se sumó la iniciativa de eliminar el subsidio a muchos productos y, a cambio, darle un dinero mensual a la gente más pobre. Todas estas medidas han ocasionado una gran inflación.
Por ahora, no parece haber una escasez grave en los hogares iraníes. Sin embargo, la devaluación y la subida de los precios hicieron revivir el fantasma de las protestas del 2009, cuando unos dos millones de personas se tomaron las calles para protestar por la reelección de Mahmud Ahmadineyad, en unas elecciones muy cuestionadas. Gracias a la represión policial, el régimen logró cierta calma, pero en el bolsillo de los iraníes podrían estarse gestando nuevas revueltas.

CATALINA GÓMEZ ÁNGEL
Para EL TIEMPO