El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, pronostica una 'primavera persa' en Irán, e insta a los países occidentales a apoyar y financiar a la oposición que se alza contra el régimen de Ahmadineyad. “Una primavera persa va a suceder a la primavera árabe, la inestabilidad se extiende por Irán”, dijo Lieberman, tras las manifestaciones en Teherán provocadas por la devaluación de la moneda iraní, como reflejo de las sanciones internacionales contra ese país por su programa nuclear.

Según Lieberman, la presión de Occidente está causando malestar en la población iraní, y “no hay duda de que el movimiento de protesta se va a intensificar a medida que se aproximen las elecciones presidenciales” en la república islámica, previstas para el próximo verano.

“El régimen iraní se aproxima a un punto crítico. Las sanciones internacionales no convencerán a los líderes del país a renunciar a su programa nuclear, pero lo importante es que el pueblo iraní ha comenzado a darse cuenta de que no están dispuestos a sacrificarse para satisfacer las ambiciones revolucionarias y fanáticas de sus dirigentes”, añadió el ministro israelí.

La oposición iraní considera que la mala gestión económica del Gobierno es la principal causa de la crisis monetaria del país. Sin embargo, sus autoridades culpan a las sanciones de esta crisis, e insisten en que Teherán no hará concesiones sobre su programa nuclear. En tanto Lieberman llamó a los países occidentales a apoyar a la oposición que se alza contra el régimen de Ahmadineyad.

Según el político, a diferencia de lo que sucedió durante las protestas de 2009, “esta vez, Occidente debe ayudar al movimiento, facilitando sus comunicaciones, financiándolo y movilizando a organizaciones internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y otros”.

Irán enfrenta severas sanciones económicas impuestas por EE.UU. y sus aliados debido a los supuestos objetivos militares de su programa nuclear. Israel por su parte considera que un Irán con armas nucleares sería una amenaza para el Estado judío, por lo que se reserva el derecho de emprender acciones militares para impedir que Teherán alcance sus objetivos.