En parte tienes razón, pero hay un as bajo la manga. Es cierto, en su paso por el Congreso seguramente va a sufrir recortes, no va a ser estudiada o va a ser negada, pero según la Ley 134 de 1994 (art. 32) en el evento de que esto ocurra, un número de ciudadanos de al menos el 10% del censo electoral podrá pedir la convocatoria del referendo para la aprobación del proyecto de ley. Si es aprobado, el presidente debe firmarlo y entra en vigencia a partir de su publicación.

El trámite es largo y dispendioso, pero es la única forma de sacar adelante esta iniciativa. Sólo se requiere el apoyo de la ciudadanía.

Como nunca ha pasado no hay claridad al respecto, todo depende de cómo se plantee la pregunta a los votantes y de que se conserve la esencia, porque pueden colgarle micos, aparte de que puede dictarse luego una ley reglamentaria para establecer el procedimiento a seguir para la pérdida de la investidura que la puede dificultar al extremo, pero es un primer paso.

Todo depende de seguirle los pasos a esta iniciativa a través de las poderosas redes sociales. Un ejemplo que tenemos de su fuerza es la reforma a la justicia. De no haber existido este escrutinio ciudadano virtual la reforma hubiera pasado de agache. Pero el escándalo armado obligó al presidente a utilizar un mecanismo inusual y ahí están los resultados.

El camino es tortuoso, pero hay que intentarlo.