Como de costumbre el señor ex presidente responde con verdades a medias. Dice algo que es cierto. ¿Cómo saber que alguien es un delincuente hasta que se descubran sus delitos? De acuerdo también con que la recomendación vino de la propia Policía Nacional.

Pero...

Santoyo no era un desconocido para Uribe. Su relación comenzó desde cuando fue gobernador de Antioquia y suya fue la designación como su jefe de seguridad. Debía tener mucha confianza para nombrarlo en ese cargo.

También calla Uribe sobre la sanción de la Procuraduría que ordenó la destitución por sus problemas judiciales y que no pudo concretarse por las maniobras dilatorias de sus abogados que provocaron la prescripción del proceso.

Este solo hecho bastaba para arrojar un manto de duda sobre Santoyo. Sin embargo, Uribe se lazó de hombros e igual lo sostuvo a su lado, dándole la posibilidad de que por su alto cargo tuviera acceso a información privilegiada que puso al servicios del narcotráfico.

No sólo se delinque por acción, señor ex presidente. También se hace por omisión. Y en este caso se ve protuberante que pese a la conducta cuestionada de Santoyo lo protegió en la Casa de Nari.

Pero las verdades a medias siguen:

Dice que duda de las acusaciones porque provienen de declaraciones de delincuentes extraditados que buscan beneficios judiciales. Eso es cierto. Por ello estas declaraciones se toman con pinzas y se busca comprobarlas con otros medios de prueba.

Aquí se le olvida al ex presidente que la acusación del tribunal estadounidense se da luego de varios años de investigación en colaboración con la policía colombiana. Es claro que los señalamientos fueron comprobados por otros medios de prueba y de ahí la acusación que se le formula.

Ahora viene la sorpresa por el cinismo del ex mandatario.

Habla de que el presidente Santos "compra" a los medios de comunicación colombianos para conseguir el unanimismo y se olvida de que en sus ocho años en la presidencia manipuló a a los medios creando una cortina de humo de alabanzas, medios encabezados por RCN que llegó a llamarse en el argot popular Radio Casa de Nari, persiguiendo a quienes se salían de la fila como "Noticias Uno" de Daniel Coronell, o la revista Cambio, que le puso la zancadilla para que fuera cerrada.

Y finalmente también resulta increíble que tilde de calumniadores a los periodistas que descubren sus vergüenzas, llegando a tildarlos de sicarios morales por matar la honra y calla sobre la monstruosa campaña de desprestigio que dirigió contra sus opositores a través del DAS, desde la propia Casa de Nari, calumniándolos, interceptando sus teléfonos, espiándolos en sus propios recintos, siguiéndolos, amedrentándolos, fabricando pruebas, pagando testigos, conspiración que fue descubierta, contra la que hay procesos judiciales y por la que hay gente suya en la cárcel o huyendo.

Al margen: no publicó la lista de sicarios periodistas por una sencilla razón. Ya no es presidente y cualquier salida en falso lo puede llevar ante la justicia ordinaria y terminar en la cárcel. Ya no está respaldado por la Comisión de absoluciones de la Cámara ni tiene a su servicio al DAS para destruir al que quiera a su antojo. Ya le toca ser prudente y por eso se "patrasió"