DeNunCianDo - ¿Sociedad homicida? En Colombia hay 17.469 homicidios anuales, 48 diarios, uno cada media hora.

¿Sociedad homicida? En Colombia hay 17.469 homicidios anuales, 48 diarios, uno cada media hora.
Artículo | Agosto 2, 2011 - 5:24pm

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Quiere decir que alrededor de una de cada 2.500 personas muere violentamente, según puede promediarse del informe que acaba de presentar Medicina Legal, superando con creces a países de resultados homicidas similares pero con mucha mayor población.

Mientras en América Latina el promedio es de 19 homicidios por cada 100.000 habitantes, en Colombia la cifra se duplica. Méjico, que concentra la atención mundial por la violencia social, tiene una tasa de homicidios de 22 por cada 100.000 habitantes, es decir, bastante inferior a Colombia que está en 38. Por su parte, la tasa de homicidios mundial es de ocho por cada 100.000 habitantes.

A su vez, se presentaron durante 2010 unas 140.000 lesiones personales, más o menos una por cada 314 habitantes, la cifra más alta de la historia.

Semejantes rubros, que en su gran mayoría no se producen a partir del conflicto armado interno, indican el nivel de hostilidad y agresión social en medio de los cuales vive el país. Los combates entre subversivos y fuerzas del orden no significan el porcentaje determinante que existe en esa velada y silente conflagración social que suele registrarse en las páginas rojas de los periódicos amarillistas.

Colombia, ciertamente, ha tenido picos superiores. Varios de ellos se produjeron cuando la guerra entre los carteles de Medellín y Cali estaba en su apogeo, lo mismo que más recientemente, diez años atrás, cuando el paramilitarismo desenvolvía todo su accionar delictivo. A raíz del desmantelamiento de los grandes carteles y del cese de fuegos y desactivación parcial del paramilitarismo, cuando varios de los jefes se entregaron, los índices descendieron. De ello, sin embargo, quedan hoy testimonios escabrosos en las fosas comunes que debieron, en esa época, acrecentar los guarismos y que en la actualidad se desconocen en su integridad. El hecho es que las estelas de la guerra han dejado ejércitos de desplazados, al nivel de Afganistán, Chad y Sudán, que las Naciones Unidas han catalogado de “emergencia humanitaria”.

Supuestamente, superadas o morigeradas las cifras de la guerra, el país debió conseguir cierta paz social. No parece que ello haya sido así pues se siguen presentando volúmenes que causan preocupación. Precisamente en todos los sondeos, una de las preocupaciones centrales está en la seguridad ciudadana, aquella que se vive en las calles e inclusive en poblaciones y veredas. Y es ahí donde debería apuntarse buena parte de la estrategia estatal.

Posiblemente si no hubiera narcotráfico y guerra interna los niveles de hostilidad y agresión serían inferiores. Es decir que en una sociedad permeada por las ilicitudes y las balas prospera una forma de vida acorde con la sensación de que el Estado no tiene el control completo ni de sus habitantes ni de su territorio. En medio de ello se ha creado una mentalidad, no sólo flexible, sino proclive al delito. No es más sino ver el acumulado de contravenciones para observar la espiral delincuencial posterior.

El hecho cierto, desde hace unos años, es que la tasa de homicidios, y otras que están en ascenso, demuestran que no todo, incluso la minoría, son los delitos que ocupan los grandes titulares. Es, ciertamente, en el anonimato, la sordidez callejera, la mezcla de alcohol y armas blancas, donde existe la mayor amenaza social.

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