DeNunCianDo - Una nación dividida

Ayer se pudo corroborar la profunda división que dejó el ex-presidente Álvaro Uribe Vélez entre los colombianos. Ayer, luego de salir de su frustrada libre versión ante la Comisión de Acusaciones, el presidente Uribe salió a la calle y se encontró con un escenario particular: de un lado, un grupo considerable de personas salieron a respaldarlo, cantando arengas en su favor y agradeciendo por su gestión en los últimos ocho años. Del otro lado, otro grupo de ciudadanos, no tan numeroso, gritaban vituperios salidos de tono como "asesino" o "bestia". De no ser porque el ex-mandatario estaba escoltado por la fuerza pública y su escolta privada, hubiéramos sido espectadores de una batalla campal que hubiera dejado múltiples daños, heridos y quizá un muerto.

Ése es el país que nos deja Uribe: un país dividido en pasiones que superan en muchas ocasiones la razón, una sociedad dividida en dos bandos virtuales desde los cuales las acusaciones salvajes son la moneda corriente, discusiones que terminan por alejar a los colombianos de los temas que deben preocuparnos a todos.

Preguntarse por el origen de esta división de la sociedad tiene muchas respuestas posibles. Una de ellas podría ser la retórica de discurso que maneja Uribe, de un tono agresivo y mordaz. Uribe parece poco tolerante a la crítica y a la oposición, y en su gobierno, aunque afirmó que siempre respetó los derechos de la oposición, el trato hacia ellos no fue el mejor, y las acusaciones en las que se vinculaba a algunos de sus miembros con las FARC estuvieron a la orden del día. El trato fue en cierto momento recíproco. Las acusaciones de paramilitar y narcotraficante (debido a algunos episodios del pasado que no han sido esclarecidos aún) no se hicieron esperar. Fue entonces cuando el rifirrafe constante comenzó y aún se mantiene, aunque a menor escala.

Pero la división no sólo se vio en los políticos, hoy en día la división persiste en los ciudadanos del común. Una amplia mayoría de colombianos aún respalda al ex-presidente, aún con tantos escándalos relacionados con sus funcionarios que pueden empañar su imagen. La causa está relacionada con la política de seguridad que permitió reducir considerablemente la acción de grupos criminales como las FARC, el ELN y la delincuencia común, política que le devolvió algo de tranquilidad a los colombianos luego de años de violencia inclemente. El resto de colombianos que representan la minoría opositora basan su opinión en los múltiples escándalos durante los ocho años de presidencia de Uribe, como los falsos positivos, el espionaje ilegal del DAS y los escándalos de corrupción de algunos de los miembros de su gabinete, como el Agro Ingreso Seguro, que involucra a uno de sus más asiduos seguidores: Andrés Felipe Arias.

Los calificativos pasados de tono y desfasados han sido la moneda corriente en los últimos años: los uribistas deducen que los contradictores de Uribe son unos desagradecidos que no son capaces de ver lo bueno que hizo y que sólo lo hacen por moda. Del otro lado, los denominados "anti-uribistas" afirman que los uribistas son unas bestias sin pensamiento que sólo se dejan guiar por lo que Uribe decía porque era lo que ellos querían oír.

Sin duda Uribe pasará a la historia de Colombia, ya sea porque ayudó a reducir las acciones de los grupos criminales, o porque la corrupción pululó enormemente en su periodo. Pero sin duda pasará a la historia por haber dividido la opinión pública a tales magnitudes.

De mi blog.