DeNunCianDo - Las seis liberaciones que dispararon la desconfianza internacional Johan Stiven

Las seis liberaciones que dispararon la desconfianza internacional

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Johan Stiven es hijo del cabo José Libio Martínez, el pequeño ha marchado para pedir su liberación.

Lo que iba a ser un acto con criterio 'humanitario' se les devolvió a las Farc.

Las recientes liberaciones de secuestrados aumentaron el saldo en rojo de las Farc, no solo frente al Gobierno y los colombianos, sino también con la comunidad internacional.

Lo que iba a ser un acto con criterio 'humanitario' se les devolvió. Hasta el punto que organismos multilaterales como la Unión Europea (UE) y la ONU y países como Francia y Ecuador le enviaron durísimos reclamos al grupo subversivo exigiéndole la "entrega inmediata e incondicional de los 16 secuestrados" que siguen en su poder.

Pero también aclarándoles que aún cumpliendo este punto, no será suficiente para recuperar la confianza. La UE, fue categórica en pedir que las Farc "cesen todos los actos terroristas (...) el reclutamiento de niños" y el uso de "minas antipersonales".

El investigador Alfredo Rangel asegura que, en todo caso, es "ineludible" que las Farc "liberen" a todos los uniformados si quieren "mejorar el ambiente para un diálogo".

A los subversivos la ONU les recordó que el secuestro es "un crimen de guerra", y que cuando se hace de forma "sistemática, generalizada y prolongada" se convierte en "crimen de lesa humanidad".

Para el analista internacional Enrique Serrano está clara la intención de las Farc de "ser visibles" en el exterior, lo cual "logran a través de los canales estatales venezolanos". Sin embargo, considera que "una autentica visibilidad internacional ya no les es factible pues su accionar genera cada vez más rechazo".

En el plano interno, el desgaste de las Farc es mucho mayor. Ni el Gobierno ni los estamentos sociales entendieron cómo, al mismo tiempo que el 9 de febrero entregaban al concejal de San José del Guaviare Marcos Baquero, esa misma noche secuestraban otras dos personas en el Cauca. Este hecho fue calificado por el presidente Juan Manuel Santos como de "doble moral".

También sorprendió que dos días después el concejal de Garzón (Huila) Armando Acuña fuera dejado en libertad por el guerrillero argentino 'Camilo', y que, luego de casi dos años en la selva, retornara de corbata y traje. Tampoco pasó inadvertido que en la entrega de los cautivos, los guerrilleros organizaran "francachelas y comilonas", en términos de Santos.

Estos hechos colmaron la paciencia del Presidente y lo llevaron a tomar distancia de un eventual proceso de paz, la mayor desde que asumió el poder. "Lo primero que hay que decir sobre las liberaciones es que se trata precisamente de eso: de unas liberaciones. De nada más", afirmó.

Pero también Santos cortó de tajo cualquier posibilidad de que Piedad Córdoba hable con las Farc directamente. "Nadie está autorizado para hablar de paz. Óigase bien, ¡nadie!", dijo. Y les recordó a las Farc que, para "siquiera considerar" el tema, deben entregar a los 16 uniformados, acabar con el secuestro, el narcotráfico, el reclutamiento de niños y el terrorismo.

Para Alfredo Rangel esta muestra de autoridad del Presidente está motivada, además, por "la necesidad del Gobierno de ratificar su imagen de mano dura, debilitada tras el paro de camioneros".

A estas alturas tampoco parece viable que la estrategia de Piedad de llevar el tema de la paz en Colombia al escenario internacional vaya a dar resultado frente al Gobierno.

Santos cerró esa puerta. Pidió que "no comiencen a presionar ni dentro ni fuera del país para que el Gobierno abra un diálogo", mientras no se cumplan sus condiciones, lo que parece una respuesta anticipada al foro que Piedad inicia mañana en Argentina sobre una salida negociada.