DeNunCianDo - La globalización del miedo electoral

Por Federico Arango

Más que las oportunidades laborales, el conocimiento o el acceso a bienes y servicios si algo se ha globalizado en la última década es el miedo. Puede que sean muchas y profundas diferencias entre Estados Unidos y Colombia y sus más recientes contiendas electorales (la de 2008 en USA y la actual en nuestro país) pero si algo llama la atención es como el miedo y la perversa manipulación de este es protagonista en ambas.

Miedos hay muchos, por supuesto. O mejor, el miedo tiene muchas caras, usa muchos trajes. Por eso llama la atención que se presente con el mismo atuendo en ambos casos. Basta una breve revisión de artículos de prensa sobre las elecciones estadounidenses de 2007 para encontrar notables parecidos entre las estrategias de John McCain para desprestigiar a Barack Obama y las utilizadas por Juan Manuel Santos contra Antanas Mockus.

Como no hay forma de probar que la propaganda negra viene en efecto de la campaña Santos es mejor por ahora limitarse a lo afirmado por el candidato y su campaña. Es clarísimo que el discurso de Santos apela al miedo, instrumentaliza el terror. Igual que McCain con Al Qaeda, Santos pareciera necesitar a Chávez y a las Farc como piedra angular de su propuesta. La idea es mostrarse como el único capaz de evitar una muy segura hecatombe a cargo de estos actores. Como la madre que para obtener la obediencia del hijo apela al coco, Santos y su campaña no dejan pasar oportunidad de recordarnos el poder desestabilizador de las FARC con la ventaja de que los colombianos ya le conocemos la cara a este coco. No es gratuito que en el timonazo que dio la campaña del Partido de la U se haya decidido intensificar las alusiones a "cómo estaba el país antes de Uribe" casi calcadas de las constantes referencías de McCain a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Por suerte, los norteamericanos no tragaron entero y le pusieron un tatequieto al terror. Entendieron que si bien Al Qaeda representa un riesgo para el país este no se compara con el que los republicanos intentaron venderles. De igual forma, los colombianos parecen estar entendiendo que -gracias justamente a los logros de Uribe en este campo- la amenaza de las FARC hoy no da para dejarse paralizar y, cegados por el terror, salir a votar a pies juntillas por quien se autoproclama como el único capaz de mantener a raya una culebra "que sigue viva". Nunca aclaran que así es que la necesitan.

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