DeNunCianDo - El modelo de reconciliación sudafricano como ejemplo para Colombia

A principios de los noventa, Sudáfrica finaliza con la época más triste de su historia: la segregación racial en Sudáfrica, implantado por los Boers holandeses que colonizaron el país hasta el año 1994 y que se conoció como el Apartheid. La guerra racial dejó como saldo la muerte de millones de sudafricanos, blancos y negros por igual.

Pero fue sólo hasta 1994, con el establecimiento de la democracia y la elección de Nelson Mandela como presidente, que Sudáfrica inició un proceso real de reconciliación nacional, basado en el perdón, la no impunidad y la reparación mutua. Mandela, líder por muchos años del Congreso Nacional Africano (ANC), principal grupo de oposición del Apartheid desde los años 60 hasta 1993, abandonó su política de alza en armas establecida en los 80 según sus propias palabras "como última opción" y empezó un proceso que involucraría a toda la nación, a blancos, negros, tribus indígenas y demás poblaciones afectadas por el Apartheid, con el fin de lograr la reconciliación y la paz, basados en la filosofía de la verdad, el perdón, la reparación y la justicia.

Fue un proceso doloroso para muchos sudafricanos, pero más de 15 años después Sudáfrica se hiergue como una sociedad próspera y feliz. Pero para que eso fuera posible, la gente tuvo que olvidar sus deseos de cobrar venganza, su odio y su rencor, y así empezar la reconstrucción personal para llegar a la reconstrucción social.

¿Por qué estoy citando este ejemplo? Porque me ha parecido el proceso de reconciliación y paz más exitoso de la historia y porque ha sido una reparación basada en el perdón. Y es el modelo de reconciliación que debe seguir Colombia para alcanzar la paz.

Si bien algo parecido se está haciendo con la Ley de Justicia y Reparación, el modelo no se está siguiendo completamente, porque aunque las familias ya conocen el trágico destino de sus seres queridos, no sienten una reparación, ni sienten que se ha impartido justicia. La reparación no sólo consiste en los dineros recibidos, se trata también de que estas tragedias se conozcan y no sean olvidadas para que jamás vuelvan a ocurrir, y es por desgracia lo que los colombianos no hemos aprendido: a perdonar, pero a no olvidar.

Por eso, es necesario que todos nosotros seamos capaces de perdonar, de reconciliarnos, de no seguir en el camino de la perdición al que llevan el odio y el rencor y a que se inicie un proceso de paz y reconciliación, con justicia y perdón, en el que todos los actores, legales e ilegales y la población civil, estemos todos involucrados.