DeNunCianDo - Ilusiones

No me refiero al libro de Richard Bach. Se trata de los titulares que se leen rápidamente y alcanzan a despertar el entusiasmo, como el que encontré en las últimas semanas: “Colombia suspende exportación gas a Venezuela por mantenimiento”.

Al leerlo rápidamente pensé: ¡Ya era hora! Finalmente el gobierno de Álvaro Uribe decidió cerrarle el grifo a Chávez y hablarle en su mismo idioma. Pero no. Leyendo la información encontré que es una suspensión temporal para realizar un mantenimiento programado y el abastecimiento se reanudará este fin de semana.

Hay fuertes presiones para que Uribe suspenda el suministro de gas a Venezuela. Sin embargo, el Presidente no da muestras de contemplar esa posibilidad… y hace bien: la confianza inversionista no se puede golpear con retaliaciones que a la larga serían sólo un gesto altanero y nada más. Los logros de Ecopetrol en los últimos años y las expectativas sobre el autoabastecimiento –lo que se ha conseguido con los recursos inyectados por los inversionistas- no se pueden botar a la basura simplemente por un presunto acto de dignidad.

Claro que si viviéramos en Venezuela, la cosa sería a otro precio y en Colombia ya estaríamos cocinando con leña, pues el propio dictador hubiese cerrado la válvula, con la presencia de periodista y directores de cine contratados y bien pagados que cubrirían el “acto de dignidad” acompañado por un discurso de medio día para despotricar del gobierno colombiano.

Además, si el régimen chavista programara una parada del gasoducto para mantenimiento, con la eficiencia de la actual PDVSA, la suspensión del bombeo no tardaría días sino meses. En este momento, por “mantenimiento” o “ampliación”, hay tres refinerías apagadas en Venezuela: Amuay, Cardón y El Palito.

Por lo anterior no sorprende que PDVSA haya importado seis cargamentos de gasolina (y otros petroquímicos) en las últimas semanas. Este año, durante el primer semestre, el Banco Central de Venezuela registró importaciones petroleras por 2.022 millones de dólares.

Lo que hace el régimen de la pequeña Venecia me recuerda una vieja frase: luz de la calle, oscuridad de la casa. Mientras Venezuela tiene que importar gasolina y tres refinerías están apagadas, el dictador Hugo Chávez anda ofreciendo petróleo y refinerías a diestra y siniestra: ya anunció que construirá una refinería en Mauritania y ordenó el desembolso de cerca de nueve millardos de dólares para Cuba. Chávez pretende regalarle a Fidel, una refinería en Matanzas y ampliar los complejos petroleros de Cienfuegos y Santiago.

Paralelamente, el dulce se pone a mordiscos en Venezuela y PDVSA atraviesa por enormes dificultades para financiar la chaviburguesía (esa clase parasitaria resultado de lo que los chavistas llaman revolución).

Bueno, estamos en Colombia y seguramente este fin de semana se reanudará el abastecimiento de gas a Venezuela, pues ciertamente lo que no podemos hacer, y eso lo entiende bien el gobierno Uribe, es darle motivos al dictador para que desate el infierno.

AL CIERRE: La agencia Reuter informó que la demanda de energía en Colombia creció un 2,3% en agosto del 2009, frente al mismo mes del 2008. En el mismo reporte se dice que las exportaciones de electricidad a Ecuador y Venezuela también aumentaron… ¿Otra arma para Colombia entregada por el imperio yanqui?