DeNunCianDo

DeNunCianDo (https://www.denunciando.com/)
-   Politica y Sociedad (https://www.denunciando.com/politica-y-sociedad-85/)
-   -   Carta al presidente Gustavo Petro. Por María Jimena Duzán (https://www.denunciando.com/politica-y-sociedad-85/1220512-carta-al-presidente-gustavo-petro-por-maria-jimena-duzan.html)

pipe333 05-11-2023 16:27:21

Carta al presidente Gustavo Petro. Por María Jimena Duzán
 
Carta al presidente Gustavo Petro.
Por María Jimena Duzán


https://static-uat.cambiocolombia.co...?itok=Y6XlVeUw

No ha sido fácil escribir esta carta. Pero quiero decirle que lo hago
desde el respeto y la consideración que me merece. Soy una de las
colombianas que votó por usted en las elecciones presidenciales con la
convicción de que encarnaba el deseo de cambio de una gran mayoría
de colombianos. Su triunfo lo sentí como una bocanada de aire fresco
que le devolvió la ilusión a la anquilosada política colombiana. Critiqué
a la petrofobia que preconizaba que usted era el anticristo que iba a
acabar con la propiedad privada y con el Estado de derecho, y siempre
consideré que su llegada al poder era un acto de madurez porque por
primera vez el sistema político le abría las puertas a un proyecto de
izquierda, sin matar a su candidato.


Sin embargo, tras un año y medio de mandato, son muchas las
oportunidades perdidas, presidente. Y lo que se siente es desgobierno.

A usted se le ve cansado y embolatado con el poder, como si después de haberlo buscado tanto, no supiera qué hacer con él.


Hace unos meses en una entrevista para mi podcast, usted me dio una
explicación sobre por qué le estaba resultando tan difícil gobernar y
sacar adelante su agenda de cambio. Eso me tomó por sorpresa. “Yo no llegué al poder” -me dijo muy convencido- “llegué fue al gobierno,
porque el poder, el verdadero poder, lo tienen otros, los grupos
económicos”. La frase no revela nada que no sepamos. Que los grupos
económicos han acumulado un poder desmedido, lo viene diciendo el
marxismo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, decir que usted es
un presidente sin poder, es una premisa fantasiosa y falsa.


Ni los Gilinski, ni los Sarmiento, ni los Santodomingo tienen la
facultad presidencial de dictar decretos, ni de formular y ejecutar
políticas de Estado que usted posee. Este es un sistema presidencialista
que le proporciona a los jefes de Estado una batería de herramientas
poderosas para gobernar, y usted las tiene todas a su disposición, pero
no las usa.


Lo que nunca me imaginé es que usted fuera a aislarse y a ausentarse
cada vez más del poder, en lugar de utilizar estas facultades
presidenciales. Es como si a usted, señor presidente, le pesara su
destino. No sé si lo sabe, pero sus continuas ausencias dejan al país en
suspenso, lo sumen en la incertidumbre y solo sirven para que sus
subalternos amasen poder, gobiernen a su acomodo y le mientan al país fabricando historias para justificar sus ausencias que ya nadie cree.


Cuando desaparece, sabemos de usted de la manera más ríspida: por
sus trinos, algunos de ellos razonables, otros delirantes, otros mal
escritos que llaman a la revancha y a la pelea, y otros impresentables
que proclaman victorias electorales que no se dieron, como el mapa que publicó tras las elecciones del domingo pasado en donde el Pacto
Histórico aparece triunfando hasta en Bogotá.


Ya no queda rastro del Petro conciliador, dispuesto a tender puentes,
que representaba una izquierda no sectaria y que hablaba de la
necesidad de un acuerdo nacional para sacar adelante su agenda de
cambio. Hoy solo tenemos al Petro atrincherado que dispara trinos
que llaman a la confrontación y que parecen hechos por un activista,
no por un presidente. Quien más disfruta de este espectáculo es la
oposición que se ha quedado callada con cada metida de pata del
gobierno porque está convencida de que la izquierda va camino al
suicidio.


Buscando explicaciones sobre por qué usted anda tan atrincherado, me
encontré con una posible causa: hay fuentes que me aseguran que las
razones de sus desapariciones, las cuales se han vuelto cada vez más
frecuentes y prolongadas, tendrían que ver con que usted ha querido
mantener oculto un problema de adicción. Si eso es cierto, debería

sincerarse, primero con usted mismo, y luego con el país que lo eligió, y contarnos lo que le sucede.


Según varios psiquiatras expertos en adicción, todo lo que hace un
adicto está determinado por su adicción. Desde la forma como come,
como habla, como ama y como odia; la forma como escribe, como se
relaciona con su familia, con la sociedad, y hasta con los actos más
nobles de la vida. En un gobernante que padezca esta enfermedad
pasa lo mismo: todos sus actos de gobierno estarían profundamente
influidos por la adicción.


Los adictos, sin darse cuenta, crean un mundo mitomaniaco que niega
su condición, que los obliga a mentir y que les hace mantener un patrón de conducta en el que aparecen los retrasos, las desapariciones
repentinas y en el que la persona asume un comportamiento errático.
Creen que la culpa de sus problemas la tienen el mundo y los demás;
son incapaces de verse a sí mismos como los causantes de sus propios
errores y son unos cínicos inconmensurables. Pero, sobre todo, andan en una permanente paranoia y desconfían hasta de su sombra. Son unos lobos solitarios.


Presidente, si usted tiene un problema de adicción, lo invito
respetuosamente a que lo devele. La adicción es un problema de salud
que afecta a muchos colombianos y aceptarlo no es ni pecaminoso ni es una falla moral. Tampoco es una tara. Es una enfermedad que tiene
solución si se trata a tiempo. Déjese tratar, presidente, que el país y su
proyecto político están de por medio. Si usted quiere cambiar a
Colombia, de una vez por todas, debería sincerarse y dejar de decirnos
mentiras. Lo más difícil de las adicciones es aceptarlas. Una vez eso
sucede, el adicto queda liberado y puede empezar su recuperación. Si
usted hiciera eso, le quedaría el camino expedito para gobernar y para
que el país que lo eligió siguiera creyendo en usted.


Aceptar que tiene un problema no es una muestra de debilidad, sino
un gesto de valor que concitaría la solidaridad de muchos
colombianos. Usted tiene derecho a estar triste, a estar cansado, a tener un momento de tranquilidad y de descanso. A lo que no tiene derecho es a vivir una doble vida. Eso lo convierte en presa fácil del chantaje y le impide tener una mente clara para gobernar. Este país lo eligió a usted como presidente y lo necesita al mando del timón.
Usted mismo ha dicho que las drogas son sobre todo un problema de
salud pública y que la guerra contra las drogas fracasó. Confesar que
usted sufre de adicción no puede ser un pecado ni una vergüenza,
sino un acto de profunda honestidad.


Fuente: canal1.com.co


La franja horaria es GMT -5. Ahora son las 15:00:37.

Desarrollado por: vBulletin® Versión 3.8.9
Derechos de Autor ©2000 - 2024, Jelsoft Enterprises Ltd.

DeNunCianDo.CoM ©

Page generated in 0,02324 seconds with 8 queries

SEO by vBSEO