Heráclito | 05-02-2023 22:37:41 | Matar al paciente Petro quiere refundar el país. Y para ello quiere arrasar con todo y empezar de cero. Una lástima. Sus reformas van a ser la lápida de un proyecto que buscaba un país menos excluyente y con mayor repartición de la riqueza. La reforma a la salud muestra su incapacidad de conciliar. Igual el Metro de Bogotá. Su tinte autoritario lo va a terminar destruyendo. Cita: Matar al paciente Aparte de arrasar el sistema de salud, Petro puede romper su gabinete y sus mayorías en el Congreso.
MAURICIO VARGAS
05 de febrero 2023, 12:00 A. M. Si, tal como anunció, el Gobierno presenta el proyecto de reforma del sistema de salud en dos semanas para que el Congreso lo examine en las sesiones extras que arrancan este martes, habrá llegado un singular momento de decisión para varios actores. Será una hora clave para el presidente Gustavo Petro, para los ministros que, sin ser de su cuerda, aceptaron ayudarlo a gobernar y para las bancadas de los partidos de centro que se sumaron a la izquierda a la hora de construir mayorías gobiernistas en las cámaras.
El Presidente se juega la suerte de sus muy discutibles ideas en materia de salud, que apuntan al mismo control estatal que produjo, en la segunda mitad del siglo pasado, terribles resultados: apenas 22 % de la población tenía acceso a seguridad social en salud, con una calidad que daba grima. Tras casi tres décadas del sistema creado por la Ley 100 de 1993, el sistema cubre ahora a más del 95 % de la población.
Y si bien la calidad es irregular y hay grandes desafíos para mejorarla, el proyecto estatista de Petro puede echar a la basura un logro social asombroso. Con razón, una encuesta nacional de Invamer para la Andi reveló que solo 32 % de los encuestados quieren un cambio total en el sistema, contra 67 % que desea mantenerlo como está o que se le hagan ajustes.
Petro debe avanzar con pies de plomo. En vez de curar al paciente de sus males, la reforma lo puede matar. Pero además, si se empecina en un proyecto radical como el esbozado por la minsalud, Carolina Corcho –una activista con más ideología que conocimiento–, pondrá en grave riesgo la estabilidad de su gabinete y su relación con el Congreso.
El proyecto también es una prueba de fuego para el mineducación, Alejandro Gaviria, que por seis años fue minsalud, resolvió entonces buena parte de los entuertos financieros del sistema y lo conoce como nadie. Con juiciosos argumentos técnicos, Gaviria ha expresado sus hondos reparos al proyecto. No tendría sentido que siguiera en el gabinete si sus opiniones son dejadas de lado.
Algo similar le ocurre al minhacienda, José Antonio Ocampo. Figura equilibrante y ponderada del gabinete, está muy preocupado por los costos fiscales y los riesgos de ineficiencia que plantea la propuesta de la ministra. Quedaría muy mal parado si termina avalando la iniciativa.
Parte de la tarea les corresponderá a las bancadas liberal, conservadora y de ‘la U’, que decidieron acompañar a Petro con la idea de ser las fuerzas moderadoras que evitasen que, guiado por sus inclinaciones más radicales, empujara al país por el despeñadero. Es justo decir que, en el trámite de la reforma tributaria, cumplieron en parte esa labor. El momento es crucial para los conservadores, que tan fácil se le entregaron a Petro el año pasado: deben demostrar ahora que no son meros mercachifles de puestos y contratos.
Para el presidente del Congreso, Roy Barreras –surgido en los partidos tradicionales pero elegido en las listas del Pacto Histórico–, también llegó el momento de demostrar su valía. Ha expuesto de manera clara duros reparos a los lineamientos del proyecto de la ministra Corcho. Y, como ocupa una posición decisiva a la cabeza del Legislativo, está obligado como el que más a jugársela para evitar que el Gobierno convierta en tierra arrasada el sistema de salud.
La coyuntura es de alto riesgo para unos y otros. Para minhacienda y mineducación, que quedarían como blandengues, como idiotas útiles, si no logran cambiar de fondo el proyecto. Para las bancadas partidistas mencionadas, que no pueden, a cambio de favores del Ejecutivo, dejarle la vía libre a la minsalud. Pero también para Petro, pues si se empeña en un proyecto extremista de borrón y cuenta nueva, a más de destruir el sistema de salud, puede hacer saltar por los aires su gabinete y sus mayorías en el Congreso.
MAURICIO VARGAS | Fuente: El Tiempo |