Una cosa es lo que se promete como candidato y otra lo que se realiza como gobernante. Petro no es la excepción. Dos razones: dinero y gobernabilidad. Para lo primero, Petro impulsará una reforma tributaria que espera recaudar 50 billones de pesos, lo que le permitirá financiar el 60% de lo prometido. Para lo segundo, necesitará de aliados para sacar adelante sus reformas. Acaba de conocerse un comunicado de César Gaviria, director del Partido Liberal en el que se adhiere a la coalición de partidos que girará en torno al llamado "Acuerdo Nacional". Además, aspira a ser partido de gobierno. Todo dependerá de que Petro lo acepte en tal condición.

En estos momentos, Petro ya tiene aseguradas 54 de 55 curules en el senado para tener la mayoría y, además, el partido liberal apoyará la elección de un candidato del Pacto Histórico como presidente del Senado. A esto se le suma las conversaciones que está teniendo Petro con el Partido de la U. Si hay luz verde, Petro habrá obtenido la mayoría en el congreso y como aplanadora sacará adelante muchas de sus reformas, excepto las constitucionales donde necesita más votos.

Petro resultó más hábil de lo que imaginaba. El petrismo, por lo visto, se afianza. Y los mercados comienzan a calmarse. Ayer el dólar se mantuvo estable. Buen signo.

Ningún gobernante cumple todo lo que promete y Petro no es la excepción, pero que el país va a cambiar, de eso no debe haber duda, tanto así que la Cabal, desde su trinchera minoritaria, lo sabe y por eso, son sus palabras, se erige como el muro que contendrá el comunismo.

Por lo pronto, el Partido liberal acaba de entrar a la coalición con lo que Petro asegura una robusta bancada de gobierno. Es factible que los del Partido de la U se unan y si eso es así, los proyectos del próximo gobierno tienen asegurada su aprobación.

Ahora, con la nueva reforma tributaria, al menos el 60% de lo prometido lo va a sacar adelante.

Yo no diría eso. En plena pandemia, con el desempleo disparado, mucha gente pasando hambre y se le ocurre una reforma tributaria que grava parte de la canasta familiar y los ingresos de la clase media. Medida absurda, inconveniente, estúpida.

Petro no es omnipotente. Fue la misma gente la que salió a protestar y la represión ayudó a que de la protesta se pasara al estallido social. Tan fuerte fue el descontento que el gobierno se vio obligado a retirarla.

Hoy son otros tiempos. La pandemia quedó atrás, el país se va recuperando aunque el desempleo no cede. Aparte de eso, no se tocan los ingresos de la clase media ni la canasta familiar y se gravan los ingresos de los más ricos como sucede en los países desarrollados.

A diferencia de Duque, Petro está estrenando mandato y aliados. No tendrá dificultades en pasar la reforma y llegará el dinero que se se necesita con urgencia ya que Duque dejó la olla raspada.