Por fortuna, Petro no está gobernando o la posibilidad de una debacle inflacionaria estaría a la vuelta de la esquina. La explicación es sencilla:

Imaginemos que la economía del país son diez neveras y que el dinero en manos de la población son 100 pesos. Esto quiere decir que cada nevera cuesta diez pesos. Si aumentan las neveras (la producción) a, digamos doce neveras, sin aumentar el dinero que tiene la población, las neveras rebajan su precio y cada una costaría ocho pesos con treinta y tres centavos.

Al revés, si la producción se mantiene estable y aumenta el circulante sin que haya un respaldo que lo garantice como es la emisión de billetes, los precios de los productos se disparan. Siguiendo con el ejemplo, si hay emisión de dinero en 50 pesos, el circulante queda en 150. Vemos, entonces, que cada nevera ya no cuesta diez pesos sino quince pesos. En este caso, los gobiernos populistas suben los sueldos sin que la producción aumente. Digamos que los duplican y el circulante ya está en 200 pesos y, como la producción no ha aumentado, cada nevera ahora cuesta 20 pesos, pero como pocos pueden comprarlas, se reduce la producción y en vez de diez neveras se producen cinco. Ahora, una nevera cuesta 40 pesos y así hasta llegar al infinito con productores arruinados y consumidores arruinados. Venezuela es un ejemplo.

Por supuesto, la economía es muy compleja, pero en esencia es lo que pasaría si se hace una emisión irresponsable de dinero sin el respaldo productivo. Petro es un peligro y muy grande. Un gobierno suyo destruiría la economía del país.