En la manzana 20 de la cuarta etapa del barrio Blas de Lezo nació Liliana Campos Puello hace 40 años. Hoy todos la recuerdan durante su niñez y parte de su juventud como una mujer decente y alegre que sorprendió a esta comunidad.

“Era una pelada muy sana, ella estudio en el Liceo San Fernando y no salía de mi casa”, afirmó una habitante de la región que pidió no ser identificada.

“Hasta que ellos vivieron por aquí con sus papas y abuelos, eran nobles, buenos. Vivian a tres casa de nosotros y eran unas personas buenas. Yo me sorprendí cuando vi la noticia”, afirmó otra de las habitantes del barrio que tampoco quiso ser identificada.

Por las calles del barrio tenía sus amigos, hasta que viajó al parecer ilegalmente a los Estados Unidos, donde permaneció varios años y tuvo dos hijos, posteriormente fue deportada cuando supuestamente fue hallada con droga dentro de un vehículo.

Poco a poco, con su regreso a Colombia, “La Madame” se fue convirtiendo en esa figura, que según la Fiscalía tenía su propio catalogo para ofrecer a extranjeros, mujeres que ella enviaba a varios sitios del Caribe, conformando así una red de proxenetismo nacional e internacional.

Mario Gómez, fiscal delegado para la Violencia contra de Niños y Niñas, afirmó que la mujer “a través de casas hospedaba mujeres que luego trasladaba a islas, yates, fiestas, orgias y también a actividades de orden ilícito y sexual en el exterior, particularmente en las islas de las Bahamas”.

La hoy considerada la proxeneta más grande de Cartagena, se mostraba en redes sociales en yates, islas y viajes donde no faltaba el dinero y actos sexuales. “La Madame” fue acusada de trata de personas, concierto para delinquir e inducción a la prostitución, cargos que no aceptó.