El problema es que no es una amenaza aislada de un loquito. En la realidad ya está pasando. La BBC, en su artículo "El preocupante aumento de asesinatos de líderes sociales en Colombia que las autoridades no logran detener", del pasado 12 de abril, afirma:

Cita:

"De acuerdo con la ONG Somos Defensores, los asesinatos de líderes sociales en Colombia pasaron de 55 en 2014 a 63 en 2015 y 80 en 2016. Hasta marzo de 2017 Somos Defensores había confirmado 20 casos; pero la ONG espera que sean más."

Infortunadamente, la experiencia internacional indica que luego de firmarse un proceso de paz, en los primeros años hay una escalada de violencia propiciada por los sectores inconformes, siguiendo una paulatina reducción hasta estabilizarse en los índices normales de cualquier país que sólo se enfrente a los problemas cotidianos de la delincuencia común.

Desarmar combatientes no es tan difícil como desarmar el odio. Para lo uno bastan pocos años; para lo otro, décadas.