DeNunCianDo - El triunfo de los marginados

El Brexit, el plebiscito en Colombia y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, son eventos electorales que demostraron que el Establecimiento no es invencible y que basta con saber interpretar el descontento dentro de sus sociedades para poner en vergüenza a los grandes medios, a las firmas encuestadoras y a los círculos de poder tradicionales. Ésos mismos que fueron marginados, cuya opinión nunca fue consultada y que siempre fueron señalados de ser ignorantes, desinformados o ingenuos, fueron los grandes vencedores en estos procesos.

En el caso inglés, el entonces Primer Ministro David Cameron defendió la permanencia del Reino Unido dentro de la Unión Europea, argumentando las ventajas en materia comercial, financiera y educativa, entre otras. Al pertenecer al bloque continental, los británicos tenían la posibilidad de transitar libremente por el continente, pero al tener prácticamente las fronteras abiertas, el gobierno británico ha encontrando dificultades para ejercer control sobre las mismas. La situación se ha tornado preocupante debido al masivo flujo de inmigrantes del Medio Oriente que han huido de los diferentes conflictos en sus países de origen. La Unión Europea fijó que cada país debía estar en la capacidad de recibir un determinado número de inmigrantes, lo cual disg.ustó a muchos británicos, ya que esto implicaba, además de recibir refugiados, garantizarles un empleo, siendo una prioridad mayor que la de la fuerza obrera local. A estas preocupaciones se sumaron también las concernientes a la seguridad, ya que en algunos países europeos se han reportado incidentes de delincuencia en los que inmigrantes han estado involucrados, desde delitos como robo hasta ataques terroristas. Adicionalmente, se señalaron muchas restricciones fiscales y monetarias que Inglaterra había asumido por ser miembro de la UE. Todo este descontento fue interpretado por sectores del Partido Conservador (de Cameron), así como otros movimientos de carácter nacionalista. Contra toda posibilidad, los partidarios de la salida de Gran Bretaña de la UE vencieron en el referendo del 23 de junio, propiciando la renuncia de Cameron. El gobierno de Theresa May ha asumido el debido proceso para dar continuidad al "Brexit", tratando de conservar algunos de los privilegios comerciales que tendría dentro del bloque europeo. Sin embargo, será el nuevo gobierno, elegido en 2020, que tomará decisiones más trascendentales al respecto.

Otro de los resultados que sorprendió sin duda fue el del plebiscito para refrendar los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc. Desde hace 4 años, el presidente Juan Manuel Santos anunció el inicio de un proceso de paz con la guerrilla de las Farc, grupo armado catalogado como terrorista que opera desde hace más de 50 años. Esta noticia no agradó mucho dentro de gran parte de aquellos que eligieron a Santos presidente 2 años atrás, pues en 2010 hizo campaña mostrándose como el sucesor idóneo del anterior mandatario, Álvaro Uribe, quien al asumir la presidencia en 2002 desistió de iniciar cualquier negociación con la subversión y, por el contrario, decidió combatirlos militarmente. Luego de 8 años de gobierno, Uribe deja un país con una reducción drástica de crímenes cometidos por los grupos al margen de la ley, por lo que depositó su confianza en quien fue su Ministro de Defensa hasta entonces, para que diera continuidad a las políticas de seguridad que había iniciado, consideradas por gran parte de los colombianos como exitosas. Dos años después, el anuncio de la búsqueda de negociaciones con las Farc fue interpretada por Uribe y sus partidarios como un acto de traición a la confianza depositada en Santos y desde entonces se manifestaron permanentemente en contra del proceso de paz, reiterando que a pesar de esta oposición, compartían el anhelo de paz de todos los colombianos. Luego de 4 años de extensas negociaciones y muchas controversias generadas, el 16 de julio se anunciaba al mundo la consecución de un acuerdo final para poner fin a la confrontación con las Farc, el cual, como promesa inicial dentro de la negociación, debía ser sometido a refrendación popular. Aunque inicialmente se había prometido que la refrendación se sometería a un referendo, permitiendo a los ciudadanos elegir qué puntos aprobaban y qué puntos no, finalmente se resolvió por la refrendación a través de un plebiscito, en el cual se debía simplemente decir si los acuerdos se aprobaban o no. Sin embargo, no fue sólo el cambio de modalidad de aprobación lo que molestó a los escépticos y contradictores del proceso, sino también la reducción del umbral de aprobación del 50% al 13%, lo que convertía en una necesidad ejercer el voto. A esto se suma el hecho de que los acuerdos finales fueron publicados luego de anunciarse la fecha del plebiscito, dejando un corto periodo de tiempo para leer un acuerdo demasiado extenso (297 páginas) y con términos demasiado técnicos, difíciles de entender para muchos. Tanto la campaña a favor de la aprobación de los acuerdos como la campaña en contra estuvieron caracterizadas por las acusaciones mutuas y la divulgación de información poco precisa, adulterada o sobredimensionada, fue la campaña del "NO" la que se vio más afectada, pues recibieron menos fondos para la campaña y tenían espacios en radio y televisión más limitados frente a la propaganda oficial, partidaria del "SÍ". Esto, sumado a los errores y contradicciones del oficialismo durante las negociaciones, impulsaron un resultado bastante favorable para la opción del "NO", que finalmente triunfaría, aunque con estrecho margen. El resultado forzó al gobierno a concertar modificaciones a los acuerdos, para lo cual se dispusieron diferentes escenarios y encuentros para conseguir los cambios necesarios con el fin de obtener una aprobación mayor. Y aunque se consideró una importante cantidad de modificaciones al acuerdo producto de dichas reuniones, los promotores del "NO" insisten en que los aspectos más críticos de los acuerdos no habían sufrido cambios. Aún con el inconformismo de quienes vencieron el 2 de octubre, el acuerdo fue refrendado a través del Congreso, en contravía de lo planteado inicialmente dentro de los acuerdos originales. Sin embargo, queda un camino bastante largo, pues resta conocer cuánto podrá tardar la implementación de los acuerdos. Aún no hay un consenso pleno y esto afectará significativamente lo que pueda pasar de cara a las próximas elecciones en 2018.

Pero probablemente el resultado electoral que causó mayor impacto este año fue el de la elección presidencial de los Estados Unidos. Desde las elecciones primarias de cada partido se trató de una elección sin dudas atípica, pues tuvieron dos protagonistas principales: del lado de los demócratas se encontraba Bernie Sanders, declarado a sí mismo socialista y crítico de los círculos de poder tradicionales, así como partidario de una política exterior menos intervencionista; y del lado republicano estaba Donald Trump, el excéntrico y polémico multimillonario, con ideas de no intervencionismo y proteccionismo similares a las de Sanders, pero con una esencia más conservadora respecto a otros temas. Si bien Sanders perdió las primarias frente a la ex-primera dama Hillary Clinton, logró un importante respaldo y notoriedad; mientras que Donald Trump, contra todos los pronósticos y a pesar de los ataques de sus rivales en las primarias, obtuvo la candidatura conservadora. Fue así como luego comenzó la campaña por la presidencia entre Clinton y Trump, en la que no faltaron las mutuas acusaciones entre los candidatos. Sin embargo, el magnate tuvo una mejor estrategia electoral que su contendiente. Clinton concentró muchos esfuerzos en ataques personales a Trump y poco se supo de su programa de gobierno, en el que básicamente daba continuidad a muchas de las políticas de Obama, mientras que buscó afianzar la campaña en estados donde era casi seguro que ganaría. Trump, por su parte, también hizo señalamientos graves contra Clinton, recordando el escándalo de los correos, y su campaña se caracterizó en gran parte por sus acusaciones contra los inmigrantes, principalmente contra los mexicanos, luego de la promesa de construir un muro en la frontera con México, pero basó su campaña en obtener votos principalmente de la clase media y en estados indecisos que representaban una cantidad importante de votos electorales (que en materia electoral tienen prioridad por sobre el voto popular). Contra todas las apuestas, Trump resulta electo al obtener más de 300 votos electorales frente a Hillary Clinton, que apenas obtuvo 232, a pesar de vencer en el voto popular. De nuevo, los grandes perdedores fueron los grandes medios y el "Establishment" en general.

Estos eventos electorales y sus resultados bien pueden ser el anuncio de que hay un nuevo orden mundial en construcción. Pero principalmente demuestran que los marginados, o aquellos cuyas opiniones se consideren retrógradas o políticamente incorrectas, aquellos que creen que existe otra forma de hacer las cosas, pueden imponerse frente al gran ******o que centraliza el poder.