Después de rodar varias escenas con la exuberante Milena, ya podíamos sospechar la perversión y lo viciosilla que es. Tampoco se nos escapaba su obsesión por las pollas, sobre todo si son grandes y robustas. Pero quisimos enfrentarla una vez más a nuestra pinga más monumental, la de Nick Moreno, para que esta ardiente latina nos demuestre que, como presume, es una auténtica Chica Mala.