No es ningún secreto que a pesar del escándalo internacional que han supuesto las revelaciones de Edward Snowden, ni la NSA ni el gobierno de los Estados Unidos tienen gran interés en detener su masivo programa de captación de metadatos. Técnicamente los programas de espionaje electrónico de la Agencia de Seguridad Nacional son legales en cuanto solo se están vigilando personas extranjeras, y esa fue la baza que quería jugar la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) para detenerlos, alegando que la recopilación de metadatos de ciudadanos estadounidenses suponía un grave impedimento legal para su mantenimiento.

Lamentablemente para la ACLU y las personas que comparten su parecer, la justicia opina de otra forma.

Un magistrado de primera instancia de Manhattan ha resuelto que aunque la NSA ha estado "succionando información sobre virtualmente todas las llamadas telefónicas de, desde o dentro de los Estados Unidos", no hay evidencias que señalen que estos datos estaban siendo utilizados para cualquier otra cosa que no fuera evitar ataques terroristas, descartando la solicitud de la ACLU para poner freno a programas como CO-TRAVELER. Adicionalmente, el juez excusa la recopilación de estos datos basándose en que si estas herramientas funcionan es "porque recoge todo", y que la constitucionalidad de las mismas es en última instancia una cuestión de razonabilidad.

Es necesario señalar que este no es ni de lejos la conclusión al debate sobre la legalidad o no de los programas de espionaje electrónico de la NSA. La decisión de hoy afecta en un principio solo a la demanda interpuesta por la ACLU, pero otras muchas asociaciones (e incluso empresas) están buscando la forma de detener estas prácticas, así que no des por finalizado este asunto. Aún queda cuerda para rato.