Aunque me caigan mangazos, la final va a ser Bayern - Real Madrid, un verdadero duelo de titanes. Y hablando del Barcelona, Robben y Lewandoski van a hacer fiestas con el equipo del enano, el piscinero y el mordelón.

Y me sigue gustando, aparte del crecimiento de Luis Suárez que, por fortuna para los demás no va a estar en la Copa América, y de Messi, con sus jugadotas que lo dejan a uno con la boca abierta, esto sin contar con el Iniesta del partido contra el PSG y su paso como una exhalación por entre cuatro rivales para dar el pase de la muerte. Un equipazo con excelentes jugadores que puede hundir al Bayern si sabe aprovechar los baches en la defensa que tienen los de Guardiola.

Es un espectáculo ver jugar al Barcelona, pero le apuesto al Madrid por dos razones. Tiene un medio campo de ensueño con Kross, James y Modric (va a estar en la final de la Champion) y esto va a pesar mucho. Y respecto al Bayern, me encanta no solo por los jugadores que tiene (Robben, Ribery, Lahm, Lewandosky, Schweinsteiger, Stegen, etc.) sino por el mismo fútbol alemán, el mejor del planeta por haber fundido con los inmigrantes la fortaleza y la velocidad tradicionales con el rico manejo del balón. Y si me decanto por el Madrid es por un ingrediente adicional, James, sin que esto indique que me vuelva hincha de los merengues, pero sí su admirador.

Como lo dijo Eduardo Galeano: “En su vida un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. y el mío es Millos; los demás son amores pasajeros.

Desde niño. cuando vi a mi Millos del alma por primera vez en el Campín y seguiré con la misma traga hasta que me vistan con cobija de palo. Y digo con orgullo: soy todo azul hasta los pies vestido, en las buenas y en las malas.