¿Y si Van Gaal tratara bien a Falcao? Hay que ponerse en sus zapatos. Lo contratan para que saque al United de la inmunda y con chequera en mano le contratan a un volante convertido en el motor del Madrid y a un goleador que por donde quiera que ha pasado marca como otros estornudan. ¿Será que se acopla? En principio se pensaba que sí. De River al Porto, del Porto al Atlético y del Atlético al Mónaco y en todos rompiéndola, bueno, no tanto en el club francés, porque encima se lesiona, pero a tipos como éstos no se les olvida la portería.

Pero cuando la inmunda se aparece ni mi Dios con piones ayuda. Llega al United y se lesiona, no de gravedad, pero ésto lo saca semanas de las convocatorias y Van Gaal, presionado por resultados, se le saltó la piedra y dijo que la liga Premier es físicamente exigente y que Falcao no tiene la capacidad para aguantarla. ¿Resultado? Se recuperó y comenzó a calentar banca porque Van Gaal, con Van Persie y Rooney en el campo, no sólo le perdió confianza sino que dejó de pensar que lo necesitaba.

Y ahí comenzó el calvario, como en los matrimonios mal habidos. Lo castigó con el látigo de la indiferencia, cuando tuvo ocasión lo humilló y comenzó los trámites del divorcio.

Ni van Gaal es una gonorrea, quizás es una mezcla de chikunguña con aceite de ricino, ni Falcao es un pobre huevón agrandado. El holandés es un buen estratega y Falcao un buen delantero. No se entendieron y por eso cada quien debe seguir su camino. Van Gaal sigue en la próxima temporada con el conjunto inglés y el colombiano quizás termine en la Juve.

En resumen: no todas veces caza el Tigre.